Los ministros de Agricultura de la Unión Europea pusieron fin a su reunión en la región y de sus conclusiones puede decirse poco más que el propio adjetivo que tenía el cónclave antes de iniciarse: que era ´informal´. Buenas palabras, buenas ideas y poca concreción. Lo más claro fue la oportunidad que se dio a Extremadura de mostrar a los ministros varias explotaciones ejemplares y las manifestaciones de los agricultores, que llegaron a Mérida de distintos puntos de España, aunque también ellos pusieron mayor énfasis en la puesta en escena, con neumáticos ardiendo formando parte del ´atrezzo´, que en la energía de sus reivindicaciones.

Que Europa va a esforzarse para que la PAC y su sistema de ayudas se prorrogue después de 2013, sí; que se deben garantizar rentas mínimas a los agricultores para que no abandonen el campo, sí; que se estudiará una especie de seguro para que los que vivan de la ganadería y agricultura tengan una renta mínima, también. Pero ante la situación de extrema incertidumbre en la que vive la economía de la UE, todo eso son propuestas que pueden durar muy poco en la agenda de los ministros. Incluso alguna de ellas, como la del seguro, es acogida con división de opiniones entre los que presumiblemente serían los beneficiarios porque es tan inconcreta que no se sabe si el agricultor participará o no en el mantenimiento de ese seguro, o si el mismo -como otros temen-- puede solapar ayudas, con lo que sería un roto para un descosido.

La reunión de Mérida ha sido ´informal´ y también, en el mejor de los casos, ´embrionaria´. Ahora falta que se desarrollen las ideas.