La patronal y los sindicatos han llegado a un acuerdo para frenar algunos efectos de la reforma laboral en la negociación colectiva. Concretamente, los que se derivan de la anulación de la prórroga forzosa de los convenios --ultractividad-- si no hay acuerdo entre las partes. La ley aprobada por el Gobierno del PP señala que en ese caso será de aplicación el acuerdo marco inmediatamente anterior --sector, provincial, nacional-- o en su defecto el Estatuto de los Trabajadores. Supone la desaparición de la actividad sindical en las empresas en lo que se refiere a convenios, además de establecer peores condiciones para los trabajadores en salarios y condiciones generales de trabajo.

El pacto alcanzado en Madrid, es un "parche", según el secretario general de CCOO, y un "puente para no caer en el abismo", según su homólogo de UGT. La CEOE aconsejará a las empresas que no tomen al pie de la letra la reforma laboral, que fija el límite de las negociaciones el 8 de julio, y que mantengan las conversaciones si están encaminadas. En caso de no lograr un acuerdo, podrán acudir al arbitraje. Se trata de frenar la conflictividad que puede generar en las empresas la pérdida drástica de derechos de los trabajadores. Las negociaciones suelen concluir en términos asumibles para las partes.