WLwos agentes de la Policía Local de Mérida que desde el día 3 se habían concentrado en asamblea permanente en la plaza de España de la capital con tiendas de campaña incluidas, decidieron ayer disolver la concentración por el cansancio acumulado (algunos agentes en huelga de hambre presentaban crecientes trastornos). Mejor que se haya disuelto la asamblea: una acampada no es una forma acertada de protestar unos funcionarios que tienen que dar ejemplo de respeto a las normas de convivencia y a los lugares públicos aun cuando se quejan con toda legitimidad. El conflicto entra ahora en la dimensión en que siempre tuvo que estar: la del diálogo, al cual se había negado el Gobierno municipal, enrocándose en la actitud de "no negociar bajo presión" y contribuyendo a aumentar la tensión. Pero esta etapa ya ha quedado atrás, afortunadamente. Ahora llega el momento de hablar: ya se ha anunciado la apertura de la mesa de negociación para el próximo martes y la paralización de la nueva jornada laboral con horarios más prolongados, que tendría que empezar a regir a partir del domingo, hasta ver cómo se acuerda este punto, que es el más conflictivo. Sería bueno que, mientras se negocia, los partidos dejaran de hacer de este problema batalla política.