Cáceres parece haber despertado el interés de grandes grupos para implantar centros comerciales y de ocio en la ciudad. A un ayuntamiento plenamente receptivo a la hora de valorar cualquier oferta hay que añadir la importante demanda creada con la reconversión de la movida o el incremento de población flotante. No hay que olvidar que el ocio nocturno cacereño mueve actualmente a más de cinco mil personas durante un fin de semana y que el área de influencia de Cáceres abarca a varias decenas de localidades de su entorno geográfico. El interés de las empresas vendrá a compensar unas carencias en el ocio en una ciudad en la que, desde la llegada de los multicines o la reimplantación de las discotecas, no había experimentado progreso alguno. El ayuntamiento baraja actualmente hasta tres macrocentros, cuyos promotores han demostrado su interés por instalarse en la capital cacereña. La llegada de grupos inversores siempre es bien recibida por lo que supone para la economía local y, sobre todo, para el empleo; sin embargo, este desembarco debe ofrecer el equilibrio necesario para enriquecer los intereses cacereños y no entrar en una posible competencia desleal con respecto a estos últimos.