Los algoritmos han llevado a Netflix y otras plataformas al éxito en el consumo televisivo, y esa es una de las claves de que la doctora Syra Nadad, experta en patógenos y responsable del programa de salud epidemiológica de la red de hospitales públicos de Nueva York, se haya colado en nuestros hogares. Nadad ha usado «la ventana» de la serie Pandemia, que retrata el trabajo de los expertos en combatir virus. La lucha contra la gripe aviar o la terrorífica gripe que hace un siglo mató a más personas que las dos guerras mundiales juntas están ahí, diseccionadas, mientras nuestro inmediato presente lo copa el coronavirus de Wuhan.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declara la emergencia sanitaria internacional mientras Nadad, doctora dentro y fuera de la serie, tuitea consejos y cuestiona el alcance real de la pandemia por falta de datos en el origen del contagio.

Si Nadad decidió meterse a epidemióloga después de ver Estallido, un thriller de 1995 sobre una hipotética infección de ébola en Estados Unidos, otros expertos en la lucha contra las epidemias beben de la imaginación para impulsar sus estudios: el profesor de la Universidad de Melbourne Greg Foliente, experto en sostenibilidad y resiliencia, y el doctor Benny Chen, investigador del Centro de desastres y seguridad pública, trazaron hace un par de años una proyección de los efectos que tendría un ataque zombi sobre la superficie habitada de Australia y Nueva Zelanda.

La idea era trasladar las características de un virus, en este caso de ciencia ficción, a un escenario real de propagación para detectar los puntos débiles de nuestro sistema. Entre sus conclusiones, que las comunidades pequeñas y solidarias son las más resistentes ante una amenaza de esas características. El estudio superó los límites de la comunidad científica para acabar en manos de los desarrolladores de un videojuego.

Documentales, películas y videojuegos tienen una gran deuda con la ciencia, que a la vez se alimenta de la imaginación y su estímulo en un bucle infinito. En lo que coinciden todos es que el combate real contra una epidemia solo se puede ganar con información real. Un desafío redoblado en la era de las noticias falsas y la opacidad de muchas administraciones implicadas. *Periodista