WLwa primera gran nevada del año en España bloqueó en las carreteras de Castilla y León a más de 3.000 vehículos y unas 9.000 personas. Las acusaciones de imprevisión, lanzadas por los afectados y el Partido Popular, recibieron ayer una réplica inusual. La Dirección General de Tráfico y Protección Civil culparon a los conductores por no atender los avisos y salir a la carretera mal preparados: un 70% de los que quedaron atrapados en la nieve ni siquiera llevaba cadenas. La creencia de muchos automovilistas urbanos de que deben encontrar la red viaria expedita sea cual sea el tiempo conduce a inconsciencias que sólo tienen un responsable. La Administración alertó de la ola de frío con anticipación y recomendó no viajar. Sin embargo, la repetición de avisos a veces infundados acaba restando credibilidad a los que tienen fundamento, por lo que quizá también sea necesaria más decisión a la hora de cortar al tráfico tramos de carretera. Por supuesto que, una vez más, los medios para abrir paso a través de la nieve y auxiliar a los conductores aislados han sido insuficientes. Como tampoco actúan adecuadamente los concesionarios de autopistas que siguen abriendo los peajes cuando no pueden garantizar el servicio por el que cobran. Las culpas, pues, parecen repartidas.