TEtstos días ha estado por aquí Stéphane Hessel , un hombre de 94 años con un doble mérito. Sus adversarios han hecho hincapié en su edad, como si fuera un simple superviviente. Sus admiradores, en cambio, han destacado el librito que ha puesto en jaque a un sistema. ¡Indignaos! , no ha sido únicamente un libro vendido, sino un libro leído. Y eso, a los 94 años, es un verdadero triunfo.

El caso Hessel , sin embargo, no tiene nada que ver con la moda creciente de acabar con el viejo. Y al decir viejo no se trata de un eufemismo que indica una edad excesiva. La vejez no es objetiva, sino que hay una tendencia ampliamente teorizada por la cual a aquellos que no nos interesan se les manda a la calle o al limbo. En la película protagonizada por George Clooney Up in the air se ve a un despedidor de trabajadores cuyo único objetivo es reducir los costes laborales de gente sobrada de experiencia. Por poco el propio Clooney está a punto de desaparecer bajo los embates de la rentabilidad de una joven ejecutiva. Porque entre la experiencia y la rentabilidad más vale malo por conocer que bueno conocido.

El viejo no lo es por sí mismo, sino porque alguien ha decidido estigmatizarlo como tal. En el afán legítimo de encontrar un público joven se cree absurdamente que lo que hay que dar al joven es la simpleza y no la altura, el chascarrillo en vez de la sabiduría, el desprecio en vez del respeto intelectual. Y como no caben todos una nueva horda de viejos sin arrugas van ocupando los cargos decisorios sin llegar a comprender que una cosa es el poder y otra la autoridad intelectual. Todo esto está siendo justificado y alambicado por una generación que no tiene nada más que una cierta esperanza de vida para poder medrar a costa de los que tuvieron una esperanza de futuro.

Menos mal que de tanto en tanto nos llega un Hessel y los jóvenes depredadores de la experiencia no tienen más remedio que convertirlo en estrella del rock y en icono de una juventud que está harta de esos jóvenes envejecidos dispuestos a despedir a los que les hacen sombra. Alaban a Hessel porque están incapacitados para leerlo.