Trabajo en una empresa de equipamientos hidrosanitarios portátiles y los eventos son uno de nuestros mercados principales. Lamentablemente, la crisis hace que los organizadores, ya sean empresas privadas o la Administración, abusen de la filosofía de lo más barato sin pensar en las consecuencias. Por desgracia, se ahorra a costa del público que, pagando lo mismo o más, sufre la disminución de la calidad en el servicio.

Nuestra empresa ha vivido en carne propia el quedarse fuera de un evento por el precio, estando seguros de ser el único proveedor con capacidad para garantizar el servicio que se demandaba. Hemos tenido que cubrir, varias veces, a otros proveedores que, tras dejarnos fuera por imponer precios de derribo, han tenido que recurrir a nosotros porque no podían cumplir el contrato. ¿Competencia desleal? Sí, pero también irresponsabilidad en el momento de contratar, y esa es la madre de todos los problemas. El que contrata siempre debería asegurarse de la credibilidad de las ofertas, rechazando todas aquellas que no garanticen que provienen de proveedores serios.

Se cree que la tragedia en el Love Parade de Alemania se produjo por recortes en el presupuesto del evento que pudieron perjudicar en el nivel de seguridad. En nuestro caso, solo hablamos de aseos, pero detrás de ellos se esconde, también, la dignidad de la gente y su derecho a disponer de un espacio decente e higiénico para sus necesidades. La semana pasada, en Collado Villalba, decenas de personas hicieron hasta 14 horas de cola al raso para tramitar el paro. Reclamaron sanitarios portátiles. ¿Creen que solo pedían aseos o lo que exigían en realidad era dignidad? No ahorremos en cuestiones tan fundamentales.

M. Eva García Fernández **

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