Corría mayo de 2007. Emilio Doncel, el flamante y colorista presidente de la Asociación de Comerciantes de la Calle Menacho, manifestaba a la prensa lo siguiente: "Los ciudadanos lusos representan entre el 20 y el 25% de nuestros clientes". A renglón seguido los declaraba "tremendamente importantes" para el comercio del barrio. Pero como a las palabras se las lleva el viento, las expresadas por Doncel deben dormir a estas alturas en el limbo del olvido. Mimar a un cliente tan "tremendamente importante" como el portugués se demuestra con hechos, es decir, señor Doncel, con cartelería bilingüe, información bilingüe, amabilidad bilingüe y rebajas en bilingüe. Unificar en ambos idiomas los reclamos que anuncian el periodo de descuentos en los escaparates del centro comercial abierto de Menacho cuesta bien poco, y no por los costes, presupuestariamente ínfimos, más bien por deferencia a esa cuarta parte de la clientela portuguesa, a ese 25% tan significativo para los intereses empresariales de la zona. En su lugar las rebaixas brillan por su ausencia, consecuencia de una contumaz desidia avalada por esa prepotencia que el pacense ha demostrado secularmente ante sus vecinos alentejanos. Esa soberbia, unida al cinismo, deben tener la culpa porque, por mucha palabrería con que pretenden vendernos la imagen de un nuevo Badajoz, más cercano y acogedor, evidencias como las del centro comercial Menacho nos dejan, señor Doncel, con el culo al aire.

Alfonso Cortés **

Badajoz