Amo profundamente a este país, no a sus instituciones, incapaces de representar los intereses generales de la gran mayoría. Empieza a resultar efectivo acogotar al estado social y democrático de derecho, bajo la premisa de que esta crisis sirve para engordar a unos pocos, y para que la padezcan muchos. Hay algo que no nos cuadra: ¿hemos dejado de ser listos, trabajadores, honrados, creativos, solidarios, hasta vanidosos?; y nos han situado en un callejón sin salida. Desde esos poderes fácticos, con la complicidad de la ineptitud de la clase política de este país, han situado la crisis como una deidad que exige un sacrificio insoportable, aniquilando la sociedad del pensamiento y de los derechos individuales y colectivos.

Lo reprobable de esta situación es haber situado el terreno de juego sobre el esfuerzo del ciudadano de a pie. Pues a pesar de los recortes, de devaluar nuestro sistema público educativo, nuestra sanidad pública, nuestra cultura pública; yo sigo viendo demasiados coches oficiales, e instituciones de pacotilla, que se declaran insumisas cuando se les exige responsabilidades. Todavía no he visto salir de ninguno de esos coches oficiales a nadie para acercarse a un contenedor de basura en busca de comida por la noche; pero, en cambio, sí lo he visto hacer a mi vecino.

Nos engañan cuando dicen hay que recortar, si queremos tener porvenir. Pero la pregunta es: ¿qué modelo de porvenir se quiere salvaguardar?, si en esa carrera del desarme social no quedará ni vestigio de lo logrado a través de tantos y tantos años. Y es que aquí han habido errores, el otro día, sorprendida oía desde la tribuna del Congreso de los Diputados a un líder político lamentarse de no haber asumido la responsabilidad de enfrentarse al problema de los desahucios y legislado al respecto. No lo llamaré a eso mala conciencia, porque la conciencia va unida a la responsabilidad.

XDECIAx Max Scheler : "El hombre es un callejón sin salida de la naturaleza, y es también una salida". Yo confío que esta especie de cerrazón económica a la que nos han llevado algunos de esos hombres tenga salida, como decía Scheler, pero no la proporcionará los que pretende gestionar las miserias de un sistema que languidece. Nunca entenderé bien la expresión de aquel político que cuando está en el gobierno se ve abrumado por las circunstancias y cuando está en la oposición se siente con las manos libres. Yo me pregunto ¿para qué está el Boletín Oficial del Estado, por qué no utilizar ese gobernar para cambiar las reglas del juego, si es verdad que están impuestas por unos pocos? ¿tan difícil es que un gobernante cuando llega al poder lo ejerza, y no sucumba a intereses partidarios y partidistas? Teniendo en cuenta la corrupción imperante en este país, que espolea y agrava la situación, ahora entendemos por qué gobernar es tan difícil: legislo para todos y reparto solo para unos cuantos.

Toca ahora ya, que cada persona Emilio , Arturo , Sonia , Tony , María , en cada rincón de este país, sea alguien y sacudir el esperpento de la crisis, mientras se desmantela una sociedad hacedora del esfuerzo de todos, y de la que nos quieren arrebatar el porvenir de la ilusión, de la solidaridad, del compromiso, y sobre todo, de la fraternidad entre todos aquellos que día a día observo, por ejemplo, en el metro de Madrid que hacen país; o al menos, no lo destruyen como sí hacen otros con sus decisiones casi suicidas. En esta aventura que pueden ser muchos alguien toca ya decidir a dónde vamos, cómo vamos y con quiénes vamos, que probablemente sean muchos, seguro. Porque no podemos conformarnos con la aseveración de que el actual modelo de sociedad del bienestar deba hacerse a costa de algo, esto es, del empobrecimiento de la mayoría, bajo la apariencia engañosa de un porvenir mejor, mientras el ciudadano se sitúa en una mera estadística. Como establecía Zambrano : si hubiera que definir la democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no sólo es permitido, sino exigido, el ser persona.

Toca ahora, pues, actuar y convertir a Emilio, Arturo, Sonia, Tony y María en alguien. Si a alguno le interesa podemos rechazar el porvenir que nos imponen y convertirnos en hacedores de uno mejor.