Pues sí, ciertamente cada vez nacen menos niños y cada vez son menos los infantes que se integran en el sistema educativo, pero no sólo, aunque ciertamente es muy importante, de alumnos vive la escuela pública.

En 1976 nacieron 677.456 niños. Cuarenta años después, en 2016, la natalidad descendió hasta los 408.384, casi 270.000 menos, es decir, más de un tercio y sólo a 50.000 de la mitad. Sin embargo no ha sido 2016 el peor año.

El último puesto fue para 1996, donde nacieron menos de 400.000 almas y en la última década el mejor puesto se lo lleva 2008 con más de medio millón.

Así visto, la pérdida de puestos docentes parecería obvia, a menos niños, menos docentes. Pero no crean sea tan obvio.

En 1999, es decir, cuando se cumplían tres años del peor en índice de natalidad, estaban trabajando 540.000 docentes.

Si contamos la edad escolar desde los tres años de Infantil hasta los once de 6º de Primaria, esto es, ocho años, el número debería haber descendido, pero sin embargo en 2008, el número de docentes superó los 700.000.

Alguien pudiera pensar que influye el alumnado extranjero que ahora ha emigrado pero éste sólo ha descendido en 34.000 en los últimos ocho años.

Si ha llegado a este punto del artículo sin aburrirse, se lo resumo.

El número de alumnos es importante, no cabe duda, pero más importante son las políticas educativas.

Más importante es la calidad de la enseñanza, más importante es frenar la sangría de dejar a una localidad sin escuela, más importante es en definitiva cómo y qué queremos enseñar que llenar aulas con el mínimo presupuesto posible.

Hoy día se aprovecha a un especialista de inglés, al de educación física, al de música y porque no hay más para que a la vez sean tutores.

No con ánimo de de mejorar la calidad de la enseñanza, con ánimo de ahorro presupuestario.

A su vez el tutor de un curso imparte materias a otro que a su vez se aprovecha para que sea bilingüe.

Si hablamos de Secundaria es para reír o llorar, cualquier docente de una especialidad puede terminar impartiendo casi cualquier otra.

En definitiva, igual que Dios les dijo a Adán y Eva «creced y multiplicaos», en este caso, primero multiplicaos y si nos dejan al suficiente profesorado, creced.