Acasi todo lo que es noticia importante o relevante, y sobre todo ahora con las nuevas tecnologías y las redes sociales, le sabemos sacar en España un puntito de gracia. Cualquier evento de actualidad que se precie tiene una réplica inmediata, en tono jocoso, que recorre el mundo entero, a golpe de dedo índice sobre nuestros ‘smarts’. Y yo creo que eso no es tan malo. Debemos tomarnos las cosas, que nos ocurren y atañen, con la pizca de humor necesaria que lo haga todo más llevadero. Eso sí, sin llegar a convertir ese humor en algo demasiado ácido que ofenda a los demás.

Un humor bien cocinado, con los ingredientes justos aplicados, hace sonreír a cualquiera, incluso a los que resultan principalmente parodiados y más directamente afectados por el chiste o por la broma. ¿Quién no ha visto u oído los chistes, cánticos y chascarrillos, que han aparecido en las redes, versando sobre el preacuerdo que han firmado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias? La carita que pone Pablo cuando se lanza a abrazar a Pedro, después de la firma estampada en los documentos, pide a gritos, por lo menos, una canción que nos haga sonreír a todos. Luego ya veremos lo que venga, pero esa sonrisa ya no nos la quita nadie.

Otro asunto, objeto de mofa reciente, ha sido la ingente travesía que la niña Greta Thunberg acaba de hacer por el océano Atlántico hasta llegar a las costas de Portugal, en Lisboa. Todos tenían que ver con la decisión de Greta, o de quien se encargue de manejar sus hilos, de haber utilizado un medio de transporte que no fuera contaminante para el medioambiente, soportando unas olas en la travesía, a veces demasiado peligrosas, que podían haber puesto en peligro la integridad de los ocupantes del catamarán ‘La Vagabonde’. Ahí se han cruzado por las ondas infinidad de comentarios, que han hecho sonreír a medio mundo.

Y no os digo nada cuando el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, le ofrece un coche eléctrico a Greta para viajar a Madrid. Enseguida se hicieron mofas y chistes al respecto diciendo que lo mejor sería que el presidente le ofreciera el tren de Extremadura, ya que ése, decían, es el que menos contamina porque, ¡Como no anda!

Aparecían algunas fotos manipuladas con photoshop de Greta, donde se la veía con muchas arrugas en la cara imaginando, con humor, el año en que llegaría a Madrid, que no era precisamente en el 2019, espetándonos, con cara de mala leche, que íbamos todos a morir. Y el remate al humor sano fue cuando aparecieron los de la Asociación Fray Hernando de Talavera’, de Talavera de la Reina y le ofrecieron el burro ‘Platerito’ a Greta para ir a Madrid, porque sería, afirmaban, de lo menos contaminante, salvo alguna flatulencia involuntaria que el pobre rucio se dejara escapar por el camino.

La verdad es que, a pesar de todo, a pesar de las bromas y chistes a veces inevitables, la joven Greta ha hecho posible que se hable de algo tan importante como las consecuencias a las que empezamos a enfrentarnos, si no nos tomamos en serio lo de las emisiones de dióxido de carbono a nuestra ya denostada atmósfera.

Pero lo que no tiene ni pizca de gracia es que a esta Cumbre del Clima no se hayan presentado los representantes principales de los países que más contaminan. Ni Rusia, ni China, ni EEUU, ni Reino Unido, ni Francia, ni Alemania, ni Brasil… ¿De qué sirve, entonces, celebrar cumbres, y sacar conclusiones finales si los que más contaminan del planeta no se dan por aludidos? Como el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que en plena concienciación de ahorro de energía prepara una Navidad con diez millones de luces y aparece, en primera plana de las noticias, como el superhéroe de la Navidad. Incluso ahora hay otros alcaldes que quieren entrar en una competición infantil con el de Vigo a ver quién la tiene más larga (me refiero a la factura de la luz, como no puede ser de otra manera). El último, el alcalde de Madrid. Y es que, aunque parezca mentira, en esto de la contaminación y el ahorro de energía, los que más luces encienden, suelen ser los que menos tienen.

*Exdirector del IES Ágora de Cáceres.