Final esperpéntico en la Asamblea de Madrid y pocas ganas de seguirlo. Apunta Raúl Heras en El Mundo: "Hasta es posible que en el off de las conclusiones oficiales vean la nada sutil pero bien escondida relación entre Madrid, Marbella... y Mónaco". Siguiendo la norma de los investigadores del transfuguismo, tampoco aclara qué relación tiene Mónaco. Lo enfoca desde la comedia de equívocos José María Carrascal en La Razón: "Resulta difícil decir quién lo ha hecho peor, los interrogados o los interrogantes, ya que unos y otros parecían competir en pobreza de argumentos y zafiedad de formas. Claro que en cierto modo era lógico: eran los mismos, por lo que resultaban intercambiables. No se ha salvado ninguno, han perdido a la postre todos". Se queja de que a los madrileños les costarán seis millones de euros repetir la votación.

Para Eduardo Haro Tecglen ni todos son iguales ni todos son lo mismo. Escribe en El País: "Se deduce que gentes que hayan votado a uno de los dos partidos no repetirán". Y aventura: "Creo que los demócratas no van a votar porque ya les han robado una vez su ilusión infantil de que la urna es sagrada y que la derecha tendrá más interés porque les importa un viejo rábano la democracia". Instrucciones para reconocerlos: "Uno de los datos más interesantes para reconocer a la derecha, que suele ocultar su filiación, es oírles que ya no hay izquierda ni derecha: creen que sólo hay derecha". Diagnóstico final: "Creo que en las elecciones madrileñas, veremos en las otras, los demócratas reales no querrán votar y los falsos sí. Cuidado".