Estoy cansado de ver en ciertas cadenas de televisión y en innumerables medios como se tergiversa lo ocurrido tras las pasadas elecciones generales al insistir e insistir en que Podemos negó el gobierno al Partido Socialista. Ciertos articulistas y contertulios antiprogresistas, a los que les va muy bien con este «régimen», no descansan un solo día haciendo bueno, discúlpenme, eso que dijo alguien de que «los malvados se toman un respiro, los tontos no paran nunca». Pero no es cierto en absoluto.

Fue el Partido Socialista el que no quiso que hubiera un Gobierno de coalición (en el que, como en cualquier país, se reparten los ministerios proporcionalmente al número de apoyos recibidos) porque, como ya es habitual en nuestra aún incipiente democracia, no querían gobernar sino mandar ellos solitos sin que nadie les pudiera estorbar en su contumaz uso de la picaresca para seguir fomentando el clientelismo que tiene a este país desde hace casi un año sin gobierno; que, obviamente, pudiera haber sido progresista con un pequeño esfuerzo dialogante y sin la demagogia que la mayor parte de políticos utilizan de la forma más descarada que en democracia alguna se conoce.

Lo dijo hace más de dos mil años Aristóteles: “La corrupción de la democracia es la demagogia”.

Los socialistas de verdad (cerca del 80% de la militancia está en contra de la abstención) no se merecen que sus dirigentes, de la forma más demagógica y, por tanto, más engañosa, estén intentando meterles en la cabeza (y no sólo a ellos sino a la mayoría de los españoles bien pensados), una y otra vez, que no gobiernan porque Podemos se lo impidió. No, eso no es cierto. Por favor, no traten de engañar y de engañarnos con lo que servidor llama (así figura como título en su blog) «la demagogia del alacrán2. Esa demagogia que probablemente nos va a poner en el gobierno a los mismos que ya estaban (cuando este escrito se publique, si tiene la gentileza de hacerlo algún diario, quizás ya se haya consumado), que, dicho sea de paso y sin ninguna animadversión, porque así lo quieren y les interesa a alemanes y franceses preferentemente, dudo mucho que puedan variar en nada sus políticas económicas y sociales tan vulnerables para las clases más desfavorecidas que las están sufriendo en este país y muy especialmente en mi Extremadura que roza ya el 40% de pobreza relativa entre sus moradores.