Cuando el Gobierno de España firmó con el de EEUU el Convenio de Cooperación para la Defensa, con el refrendo del Congreso de los Diputados, otorgó a Washington un cheque en blanco para utilizar en caso de guerra no sólo las bases militares de Morón y Rota, sino todas las del país, entre las que están las de Talavera la Real, Zaragoza, Torrejón, Los Llanos (Albacete) y San Javier (Murcia). Por ello, en el actual conflicto de Irak, la ley ampara a Bush si éste solicitara que aviones civiles de uso militar hicieran escala técnica en la comunidad extremeña antes de ir al Golfo Pérsico o de volver a tierras norteamericanas. Y ahí es donde radica el problema que hoy debatirá la Asamblea de Extremadura.

Dadas las exiguas dotaciones del aeródromo pacense, no hace falta ser muy listo para concluir que es altamente improbable que las tropas aliadas tengan que recurrir a él. Pero la cuestión es más de fondo. Porque cuando España autorizó por convenio a EEUU a utilizar todas sus bases, equivocadamente o no, lo hizo con el apoyo del Parlamento y conforme a los tratados de Naciones Unidas. Y este acuerdo consensuado colisiona claramente con la guerra ilegal en que está inmersa España bajo la única responsabilidad de Aznar y el PP, al margen del Congreso y del ordenamiento internacional. Por ello hay que gritar ¡No al uso bélico de la base de Talavera!