Es la famosa novela de Ernest Hemingway, “El Viejo y el mar”, la que tan bien describe la lucha simbólica del hombre contra la naturaleza. En carnes de un hombre casi vencido, retrata ese camino de soledad y superación, de constancia y frustración, ante un mar indomable que reprenta tanto la vida como la muerte. Un mar inmenso, implacable y desalmado.

Si alguno de nosotros tuviera que lanzarse al Mediterráneo, huyendo de una guerra o una persecución, es posible que acabara siendo devorado por él. Y aún sabiendo esa posiblidad, nos lanzaríamos, incluso con nuestros hijos en brazos, si en nuestra tierra ya solo quedara destrucción. Eso les está ocurriendo a miles de personas hoy. Pero ese es su problema. Es la situación de otros, no la nuestra. Otros con otras ropas, con otras costumbres e idiomas, de lugares lejanos y con una cultura que, desde nuestra mirada occidental, da miedo: por lo que puedan traer y por lo que nos puedan quitar.

Ese mar se traga a once personas al día. Once, en 24 horas. O si hablamos a lo bestia y damos citas globales: desde enero, 3.213 personas han desaparecido en él y desde el año 2014, unas 10.000 han muerto tratando de alcanzar las costas europeas.

Son cifras tan enormes que nos alejan de la tragedia individual, la que podría ser la nuestra. Son millones los que se han quedado sin nada. Cualquiera de nosotros puede pararse a leer este artículo, escribirlo, ir a una exposición o hacer una donación, “pero nos cuesta demasiado pensar que algún día nos puede tocar pasar por algo similar. Hoy son ellos, mañana podemos ser nosotros”. Lo decía el periodista Mikel Ayestaran en la presentación de “Sin Filtros”, una magnífica exposición sobre los refugiados.

En esta crisis, Europa está demostrando ser más letal que cualquier mar. Cerrando fronteras, haciendo cálculos y arrinconándolos. Y nosotros también. Con nuestro silencio, con nuestra frustración exculpatoria, con nuestras prisas cotidianas y con aquello de “¿y qué podría hacer yo?”. Para empezar, no olvidarles: ni en su solidaridad ni en su voto. H

* Periodista