Pertenezco a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), soy voluntaria, y cada día me encuentro mejor de pertenecer a esta gran ONG. Cuando salgo del hospital, después de visitar a estos queridos enfermos, os prometo que no se nota ni el cansancio ¡qué lección nos dan estas personas!

Nosotros, que nos quejamos de cualquier dolor que tengamos y verlos a ellos enfrentando su enfermedad con esa dignidad y valentía os aseguro que nos dan una gran lección.

Y luego con la alegría que nos reciben, son agredecidos y les gusta vernos, para mí es mi gran día estar con ellos, escucharlos, que nos cuenten cómo se encuentran, algunos están mejor y nos hablan, otros no tienen tantas ganas de hablar, quizás han pasado mala noche, o no tienen ganas de hablar ese día, pues no le molestamos. Pero cuando están mejor y te encuentras alguno por la calle y te llama, de verdad que sientes una alegría como si fuera de tu familia.

Y aquí es donde yo quería llegar. Algunas personas se aburren. Y a mí que me parece el día corto... con todo lo que se puede hacer... cuando oigáis que hay cursos para el voluntariado de la AECC acudid y hacerlos, veréis como no os aburriréis. Yo quiero animaros desde aquí, por todo, porque es muy gratificante.

Mary Durán Calle **

Cáceres