Nos dijo el pasado lunes el presidente Rajoy a los extremeños que hará públicas las balanzas fiscales a propósito del debate generado en España en torno a la financiación autonómica. Y raudo replicó el presidente Monago pidiendo que también se publicaran las balanzas de infraestructuras, ésas de las que tanto cojea Extremadura frente a otras comunidades autónomas y que en tan clara situación de desventaja nos han colocado históricamente en el mapa. Ayer, en la clausura del I Foro Ibérico Empresarial que se celebró en Badajoz y que citó a 250 empresarios lusos y extremeños, volvió el jefe del Ejecutivo regional a mencionar este asunto, pero desde un tono necesariamente reivindicativo.

"Si Extremadura y Portugal tuviéramos red de cercanías, el tren de alta velocidad, los ejes de transporte de mercancías hacia Europa, tendríamos una economía no sólo más grande que la de Cataluña sino que la de todos els paissos catalans", aseguró un presidente, el de Extremadura, que no titubeó al enviar un mensaje a quienes consideran rentable el AVE Madrid-Barcelona, o el de Galicia, o el de Valencia. "Quien decide qué es rentable algo o no, no son los gobiernos sino las personas", enfatizó Monago. El presidente recordó que a este lado de la Península estamos más de 11 millones y medio de personas, que conformamos Extremadura y Portugal, que no sólo no renunciamos al AVE "sino que lo volvemos a pedir --dijo-- con más fuerza que nunca".

De manera que no nos hablen Rajoy ni algunos de sus más doctos barones de balanzas fiscales, que no nos hablen de desigualdades, porque es un debate que a los extremeños nos cansa y nos enfada. Que nos hablen de infraestructuras, que nos hablen de modernización de esta tierra, que nos hablen del AVE. Porque es sencillamente insultante que un tren que hoy cubre el trayecto Madrid-Badajoz tarde en llegar casi seis horas a su destino cuando otras comunidades autónomas de este país disfrutan hace años de un AVE.

Extremadura, la tierra acostumbrada a callar, la tierra que siempre tragó con un tren que nunca llegaba a tiempo a su destino. ¿Renunciar al AVE?, de ninguna manera. Porque ¿quién dijo que el AVE no es necesario? Claro que sí lo es, en Extremadura y en Portugal, porque el AVE contribuirá --también-- a que la región se consolide definitivamente como nexo de unión estratégica entre España y Portugal frente a la Unión Europea y al resto del mundo.

Por eso son sanantes discursos como el de ayer, porque en Extremadura no queremos presidentes titubeantes, sometidos a los caprichos de unos pocos. Queremos presidentes que alcen la voz frente a esas balanzas fiscales con las que pretenden taparnos la boca.