Aún permanecemos en la fase tres, sí, ya nos hemos acostumbrado en tan poco tiempo a permanecer en estados con números que nos circunscriben a nuestros actos. Hemos aprendido a caminar por fases y para que cada paso con número fuese seguro, hemos constatado que todo requiere tiempo y esfuerzo. Hemos caminado con nuestros propios afectos como la mejor de las recompensas, el objetivo nunca fue ni tan importante ni tan anhelado; como en la letra de Drexler «como un mismo número en distintos lados/o el paso exacto de los soldados/como dos focos intermitentes/súbitamente así sincronizados» Cáceres y Badajoz volvían a verse, con mascarilla, con distancia de seguridad...; las familias, los actos cotidianos de un ir y venir entre quien vive mirándose a los ojos y creciendo juntos, volvían. No ha sido una semana cualquiera, ha reunido a muchos extremeños y extremeñas a lo que verdaderamente somos y que tanto nos costó construir para ser más fuertes.

Juntos hemos caminado entre las fases y juntos afrontaremos la nueva normalidad, una vida en la que hasta que no exista un tratamiento efectivo o aparezca la tan ansiada vacuna, será convivir con un virus que juega con la mayor de las ventajas: es desconocido e imprevisible. Las armas son nuestra mejor sanidad y quienes dedican su vida a ello, pero con ello, el resto de la ciudadanía llevará su paso, todos somos imprescindibles y nadie, por muy repetitivo y no por ello menos necesario hacerlo, puede quedarse atrás.

Con ese objetivo hemos visto trabajar sin descanso al gobierno de la Junta de Extremadura, medida tras medida, decreto tras decreto, como se reflejaba en el día de ayer en la Comisión que nos une a todos los grupos parlamentarios en la Asamblea de Extremadura. Un decreto ley, de la nueva normalidad, que nace de la participación de los agentes sociales y económicos y de una concertación social que tan buenos resultados ha dado ya en Extremadura en otros ámbitos. Un decreto ley que culmina y es resultado de los otros once que la Junta de Extremadura ha ido aprobando durante el estado de alarma. Con esos decretos, la Junta ha demostrado, que ha dado respuesta a los retos que el covid-19 iba generando, no solo en el ámbito sanitario, sino en la educación, la administración, el empleo, el apoyo a las empresas y los autónomos, nuestro campo... se ha ayudado con la puesta en marcha de microcréditos, la reactivación económica y rural de los pueblos con la modificación de la ley LOTUS o las ayudas a la cultura y los espectáculos públicos, así como al sector del turismo o el campo extremeño.

En estos momentos donde la sociedad requiere más cohesión, la unidad y lealtad de todos los grupos políticos de la región a la hora de reclamar ayuda tanto al Gobierno de España como a la Unión Europea en el reparto de fondos destinados a paliar los efectos de la epidemia deberá ser el mejor de los objetivos para reactivar la actividad económica y social lo antes posible siempre pensando en la sociedad extremeña en su conjunto, sin distinción.

*Filóloga y diputada del PSOE.