Las balanzas fiscales, es decir, la diferencia entre lo que los ciudadanos de una comunidad pagan en impuestos al Estado y lo que reciben de éste, han vuelto a colocarse en primera línea de la discusión política. En los últimos dos días, el presidente de la Junta de Extremadura, se ha referido en términos muy duros --la ha calificado de inmoral e injusta-- a la utilización del criterio de las balanzas fiscales como argumento político. Tiene razón Fernández Vara, pero los nacionalistas son así, injustos, desleales con el conjunto de los ciudadanos, y echan mano de cualquier cosa para llevar el agua a su molino. En este sentido, esperan que la publicación de las balanzas fiscales juegue el papel de ´prueba del nueve´ de su razón de ser, de refuerzo a todos sus razonamientos, sin importar siquiera que los datos, cuando se han publicado, no dibujen el retrato esperado porque de los mismos se concluya que la comunidad que resulta ´más contribuidora´ es la de Madrid, ajena al virus del nacionalismo.

Fernández Vara no tendría que preocuparse de este asunto de las balanzas fiscales si los nacionalistas no tuvieran la fuerza que tienen, la cual llega mucho más lejos que sus llamadas a la moralidad, o a la justicia, en la política. Ese es el problema, que el Gobierno tenga que negociar sus apoyos, explícitamente o no, en términos de balanzas fiscales porque los nacionalistas antes de decir sí pregunten ´qué hay de lo mío´ y el Gobierno no tenga más remedio que responder en los términos por ellos deseados.