A principio de enero me dispuse a tomar el tren R-598 en la Estación de Atocha hacia Extremadura. El deslumbrante R-598 entró en Atocha procedente de Chamartín con puntualidad inglesa.

Cuál fue mi sorpresa que en los carteles informativos de Atocha aparecía "Tren Talgo con destino Cáceres-Badajoz efectuará su entrada por vía 4". Creí que Renfe había rectificado, pero no. Montamos en el moderno R-598 (según el consejero de Fomento de la Junta de Extremadura, señor Quintana), con un olor nauseabundo mezcla entre cloaca y gasoil, que tardó una hora en desaparecer, o en acostumbrarse nuestra pituitaria a tal sustancia. Pasada media hora uno de los dos aseos de que disponía el convoy ya no funcionaba.

Me entró sed y me dispuse a acercarme al compartimento donde el consejero manifestó que había todo tipo de máquinas de agua, coca-cola, café, etc, (en sustitución de la cafetería del Talgo); no había disponible ni una sola bebida; sólo existía una máquina, cutre, con todas las bebidas agotadas. Ni rastro de la máquina de café; aunque hacía una hora que habíamos iniciado el viaje y el tren iba con la mitad del pasaje posible. Por fin llegamos a Cáceres, con 20 minutos de retraso. Tres horas y 40 minutos, nada que ver con lo manifestado por el señor Quintana en la prensa en los últimos días y nada que ver con lo que nos vendía Renfe a través de los medios.

En resumidas cuentas un tren el R-598 de una antigüedad de 5 años, 20 años más joven y moderno que el Talgo: Es más caro, porque al ser de media distancia no es posible obtener la tarifa Web de Renfe, con la que podías viajar a Madrid por 12,90 euros; este vale 28. Es más lento que el Talgo. Tiene peores servicios, no dispone de cafetería, ni de video. La Junta de Extremadura lo tiene que subvencionar, encima el billete nos vale más caro.

Gracias, señor Quintana, está usted haciendo un gran servicio a los extremeños. Para sus desplazamientos estoy seguro que no va en el R-598 sino en su coche oficial. A su jefe este tema no le interesa y eso que cruza toda Extremadura; estará más preocupado por mantener el sillón.

Más vale que los políticos se preocuparan por los problemas reales de los extremeños en vez de mirar tanto a su ombligo. No nos engañen, por favor, los ciudadanos no somos tontos y lo comprobarán, en las urnas el próximo 22 de mayo.

Juan M Doncel Domínguez **

Cáceres