WAwumenta la adicción al alcohol de personas que rondan los 60 años y se quedan prematuramente fuera del mercado de trabajo, o viven de forma traumática su jubilación. También el consumo crece entre las mujeres. Es el perfil que acabamos de conocer coincidiendo con los 50 años de la creación en España de los primeros grupos de terapia colectiva conocidos como Alcohólicos Anónimos, reflejo de una asociación similar creada en Estados Unidos 20 años antes. Parece que el consumo del alcohol sólo preocupa y aparece en el debate público cuando está relacionado con la conducción de vehículos o afecta a los adolescentes. Pero España bebe mucho. Y hay demasiada comprensión con el alcohol, frente a la inquietud justificada que sí despiertan el tabaquismo o la adicción a drogas ilegales.

La factura social y sanitaria del alcoholismo es altísima, e incide en el gasto sanitario, en el absentismo laboral y en la violencia doméstica. Son razones más que suficientes como para que algunos de los mecanismos con los que se busca disuadir del consumo de otras drogas legales, como la limitación de la publicidad que vincula éxito social y consumo, también sean aplicados al alcohol.