A nuevas tecnologías corresponden nuevas formas de bellaquería, sumisión y ruindad, siendo las más deslumbrantes las que llevan a cabo los portales de internet, sometiéndose a la censura impuesta por el Gobierno chino, que impide que los ciudadanos de aquel país tengan acceso a webs que no estén sometidas a los dictadores que detentan allí el poder. Ejerciendo de censores, los portales hurtan a los chinos de lo que podemos contemplar, ver o escuchar el resto de los mortales, porque 1.200 millones de usuarios potenciales son un bocado demasiado apetitoso para no cometer la vileza de colaborar con los dictadores.

Cualquier servilismo es bueno si detrás está la posibilidad de obtener ganancias y estos mismos portales, estoy convencido, colaborarían con un régimen nazi, si hubiera detrás la oportunidad de influir en un mercado futuro de millones de consumidores. Al fin y al cabo, los portales de internet no se degradan menos que nuestros gobiernos de la Unión Europea, dispuestos a pasar por bajezas similares y mirar hacia otro lado, con tal de exportar. Pero hay aspectos que dan una vuelta de tuerca, y por ese internet que está censurado en China circula por numerosos blogs la especie de que Yahoo, no sólo establece con entusiasmo la censura --lo mismo que Google y los demás-- sino que la intimidad de los correos electrónicos ha saltado por los aires, y hay algunos ciudadanos chinos que han sido condenados a diez años de cárcel por criticar el régimen en la intimidad de sus correos, lo que luego el portal ha puesto en conocimiento de las autoridades chinas.

Si se trata de un bulo o de una exageración, Yahoo debe aclararlo de manera contundente e inmediata, pero si calla y otorga, si se dedica a la delación de quienes confían en el portal los correos electrónicos, va a invitar a que millones de personas, temerosas de que sus correos sigan la misma suerte que la de los chinos, se den de baja. Nuevos tiempos, nuevas formas de delación.

*Periodista.