En los últimos días hemos conocido a través de los medios de comunicación regionales un hecho insólito --al menos a mí me lo parece-- en la elección de delegados y delegadas al congreso provincial y regional del PSOE en Extremadura. Una lista alternativa en la agrupación local de Cáceres, compuesta por jóvenes militantes, algunos de ellos con importantes responsabilidades políticas en su haber, han logrado hacerse con 12 de los 50 delegados que irán al congreso comarcal, antesala de los congresos regional y provincial. Parece ser que no es un hecho aislado, sino que existen algunos movimientos similares en la provincia de Badajoz, que al igual que en el caso aludido, se apoyan en el uso de las nuevas tecnologías, haciendo de la política 2.0 una herramienta de participación y de cercanía hacia las bases.

El hecho de que los principales partidos políticos de este país coincidan en el tiempo en la organización de sus congresos está generando mucha información y sobre todo nos está posibilitando muchos argumentos para poder afirmar que existe un descontento, fundamentalmente en las bases, que requiere de una revisión a fondo, de un proceso de reflexión y sobre todo de un cambio de rumbo en aspectos estructurales y funcionales, pero también en cuanto a la integración y pluralidad de opiniones e ideas en el seno de los mismos. Todo lo que sea democracia, transparencia, participación e igualdad de oportunidades en un partido político, es signo de madurez y de credibilidad.

Nada más enriquecedor que permitir que las personas se expresen, ejerzan su derecho a opinar y discrepar abiertamente, y se sientan parte de un proyecto político de progreso, con ilusión y con un firme compromiso social, porque, al fin y al cabo, el futuro de un partido, lo es también de una buena parte de la sociedad a la que representa. Por tanto, nada mejor que asumir abiertamente, con deportividad, los nuevos retos y las nuevas inquietudes, para construir la política del mañana, más abierta y cercana.

*Técnico en Desarrollo Rural.