TCtuando en las facultades de Ciencias de la Información de los años 70 nos hablaban del enorme poder de las agencias internacionales de prensa, solían decirnos, en un ejemplo llevado al límite, que un acuerdo entre cuatro de ellas podría desencadenar una mentira de dimensiones planetarias. Varias décadas después comprobamos que aquel supuesto, que entonces nos parecía una exageración, quedaba corto. Hoy basta con que alguien escriba un tuit (140 caracteres o menos) para que el mundo entero registre una sacudida. Eso pasó la tarde del martes cuando un hacker usurpó la cuenta de la agencia Associated Press y envió por Twitter la siguiente noticia: "Ultima hora. Dos explosiones en la Casa Blanca y Obama está herido".

Tanto la agencia de cuya cuenta en la red se había servido el pirata informático como el portavoz oficial del presidente de Estados Unidos corrieron a desmentir el mensaje. Pero en los cuatro minutos que pasaron entre la falsa noticia y la posterior aclaración el índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York se desplomó y perdió 140 puntos (muchos, muchos, muchos millones de dólares) que inmediatamente recuperó. La mentira planetaria se había producido y había tenido un efecto casi instantáneo en los mercados.

La extraordinaria potencia informativa de las redes sociales queda demostrada en este episodio. Tanto como la facilidad con la que algunos desaprensivos las utilizan para lanzar bulos. Como recoge José María Izquierdo en su ensayo ¿Para qué servimos los periodistas? (hoy), en la editorial Catarata, los trending topics de Twitter han asesinado ya a Jackie Chan , Justin Berbier , Kanye West , Morgan Freeman , Lindsay Lohan , Mick Jagger y Charlie Sheen . Y es muy reciente la confusión que mató a Cher cuando murió Margaret Thatcher .

El creciente bombardeo de información --verdadera y falsa, rigurosa y manipulada-- que sufren las sociedades modernas tiene el efecto secundario de sobresaltos como el del martes. ¿Cómo arreglarlo? Puede sonar a corporativismo, pero es bueno que la información venga avalada por cabeceras solventes.