Desde hace ya más de cuatro meses los vecinos de Moraleja venimos soportando la escandalosa lentitud de las obras de reforma en la EX-108 y 109 a su paso por dicha localidad. Se han ofrecido diversas explicaciones acerca de tan injustificado retraso, una veces por la incomprensible sorpresa de haberse encontrado deficiencias en el firme, otras a causa de unas pretendidas variaciones del inicial proyecto, las que a estas alturas, incluso, se nos dice que se están estudiando... en fin: una auténtica tomadura de pelo a la ciudadanía que comprueba así el destino que tienen las recaudaciones de sus abultados tributos, y no olvidemos que estamos en plena campaña de IRPF y a la vuelta de la esquina el IVTM y el IBI. Se agrava el problema cuando vemos el ritmo de los referidos trabajos y con sólo comprobar las veces que se han colocado las piezas que conforman los bordillos y que a continuación se han levantado, concretamente en el tramo comprendido entre el cruce de Pío XII y el de la calle La Flor, podemos hacernos una idea del desorden en la dirección de las obras.

Si esta anormal situación viene produciendo molestias y quebrantos económicos para los comerciantes de la zona, ahora la falta de una adecuada señalización --sobre todo nocturna-- incrementa aún más el riesgo para cualquier vecino teniendo en cuenta el volumen de tráfico (incluido el transporte pesado) hacia la entrada natural de la Sierra de Gata; hasta la fecha ningún accidente de importancia ha ocurrido, lo que no es óbice para, desde estas líneas, denunciar con la contundencia y firmeza que asiste a cualquier ciudadano al expresar sus lógicas preocupaciones ante situaciones a todas luces improcedentes, que merecen el reproche que motiva la presente. En la seguridad que los responsables de tales trabajos sabrán captar las advertencias que desde aquí se vierten y le sirva de acicate para imprimir la necesaria diligencia en aras a la deseada finalización de las obras, doy mi voto de confianza para que así resulte.

José Manuel López Alemán **

Moraleja