TNto se sabe si es una propuesta del Banco Central Europeo, una idea de la CEOE, una propuesta informal o un asunto para debatir, pero suena mal, muy mal. Me refiero a eso de los miniempleos --niéguense a llamarlos minijobs, que es una cursilada-- con sueldos de 400 euros o menos para reactivar la economía. Lo ha soltado públicamente el presidente de la patronal, Joan Rosell , y al parecer la CEOE maneja un documento sobre el particular.

Aunque Rosell dice que "los parados lo quieren", tiene toda la razón Ignacio Fernández Toxo , el secretario de Comisiones Obreras, cuando afirma que "si uno pregunta a quien le van cortar dos brazos si prefiere que sólo le corten uno, probablemente diga que sí". La trampa está en la pregunta, no en la respuesta. Pero lo importante es que después de años negociando una reforma laboral, y de que Rajoy haya dado un ultimátum a empresarios y sindicatos para que le presenten acuerdos razonables, la ocurrencia sea esta. Eso y lo de que sobran funcionarios, 900.000 creo que es la cifra que se maneja, sin denunciar de verdad el problema.

Lo de los miniempleos es obsceno, porque plantearía una situación aún más deteriorada del mercado laboral que condenaría a los jóvenes y a los menos jóvenes a la miseria permanente. Sobre todo cuando la última reforma ha precarizado aún más el mercado haciendo casi eterna la temporalidad de los contratos en prácticas. ¿Cómo se puede vivir con salarios de 400 euros? Que se pongan ese sueldo durante un mes los que lo plantean y nos cuenten su experiencia. Después de haber conseguido unos derechos sociales básicos --que tal vez haya que reducir para garantizar que llegan para los más desfavorecidos-- en lugar de proponer alternativas reales, nos tiran a la cara los miniempleos.

No hablo, para no caer en la demagogia, de los salarios también obscenos de millones de euros que cobran algunos directivos, pero sí de que crece de forma escandalosa en España la diferencia entre los más ricos y los más pobres. Hablo de que no se da formación de verdad a los parados para que puedan encontrar otro empleo. De que no se lucha ni contra el fraude fiscal ni contra el fraude en el cobro de los subsidios ni contra la economía sumergida. De que nadie ha presentado un informe serio y objetivo sobre la duplicidad de instituciones y de funcionarios en las distintas administraciones. De que no hay incentivos para que surjan emprendedores y de que los autónomos están perseguidos y parecen condenados a la extinción.

Estoy en contra de una política de subvenciones para todo y a favor de medidas para incentivar de verdad la creación de empleo con medidas valientes, pero es indignante que nos hagan perder el tiempo con estas propuestas en lugar de afrontar de verdad reformas inteligentes y compromisos para crear empleo. Empleo éticamente sostenible. Al final el tercer mundo va a estar aquí. Sin derechos y sin futuro.