El Ayuntamiento de Cáceres ha dado su visto bueno al futuro centro de ocio en el ferial, una idea de la que se viene hablando desde marzo pasado, tras aprobarse la ley antibotellón , una norma que prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública y que obliga a los consistorios a buscar nuevos espacios de ocio nocturno y tiempo libre alejados de las zonas residenciales.

Los votos del PP han sido suficientes para sacar adelante un proyecto que se levanta sobre una parcela de 11.000 metros cuadrados y que pretende crear dos espacios diferenciados: el primero exclusivamente para bares de copas y el segundo, para otros usos como actividades culturales o deportivas. La idea, en el fondo, tiene matices suficientes como para ser bien acogida, ya que supone el acondicionamiento integral de un espacio de ocio que carece de los servicios más elementales; sin embargo, las formas esconden presuntas anomalías administrativas, como que, según la actual norma urbanística, no es un terreno permitido para este uso y el expediente aprobado ayer no contempla estudios previos necesarios, como es el de impacto ambiental. Y por si fuera poco, los propios informes técnicos municipales marcan objeciones al proyecto. Demasiadas dudas.