Matilde Cruz

Escritora

CULTURA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Por todos es sabido que el mundo editorial es difícil y de acceso restringido a la élite de escritores consagrados, esos que llevan mucho tiempo vendiendo miles de ejemplares de sus obras, traducidas a infinidad de idiomas. Para ellos es la fama, los escaparates de las librerías, las estanterías de las bibliotecas, las reseñas de cinco estrellas y las firmas multitudinarias de sus libros en grandes tiendas. Luego estamos nosotros, los invisibles, los que nos peleamos durante años con nuestro ordenador, escribiendo páginas y páginas de historias que no sabemos a ciencia cierta si alguien leerá, enviando manuscritos a editoriales que no nos tienen en cuenta o que nos piden por su publicación un dinero que no tenemos. Eso o nos ofrecen unas condiciones en letra pequeña que harían estallar de ira al mismísimo Góngora. Ahora, con la crisis del coronavirus, el sector editorial se encuentra más afectado que nunca, y ello no nos va a beneficiar en absoluto. Ya de por sí ninguna casa editorial quería apostar por nosotros, pero ahora va a ser completamente imposible. Yo, por ejemplo, llevo tres años enfrascada escribiendo una seductora novela que por fin va a ver la luz, pero, como en ocasiones anteriores, no me queda más remedio que acudir a la autoedición a través de una editorial independiente. ¿Ventajas? No le debo sumisión a ninguna editorial. ¿Desventajas? Las regalías no son demasiado grandes, y la distribución se queda relegada a la compra por internet. Pero más vale eso que nada. Aquí va mi apoyo y homenaje a mis colegas, los escritores noveles. ¡Mucho ánimo!