En el olvido quedaron todos los anuncios, los proyectos, los castillos en el aire que vendió la Junta para el falso desarrollo de Extremadura; esa publicidad a bombo y platillo de planes que siempre son de futuro y nunca de presente, esas presentaciones de maquetas no parecen ser más que propaganda.

El caso más espectacular es el «proyecto de ocio» Elysium City en Castilblanco. En diciembre de 2018 se anunció que las obras de la primera fase se iniciarían en meses y que consistiría en un campo de golf, un casino, un estadio de fútbol para 40.000 espectadores, un hotel de cinco estrellas, otros tres hoteles, esperen aún hay más, dos parques, uno acuático de aventuras y otro temático, una pequeña marina, un residencial de 2.000 viviendas, tiendas y una estación de tren. Para poder levantar todo ello se crearían 15.000 empleos, y eso sin contar con la segunda fase. Se presentó incluso en el stand de Extremadura en Fitur de 2019, pero año y medio después, no hay nada de nada, ni siquiera la más mínima autorización administrativa.

De la misma fecha, es el anuncio de la construcción de una azucarera en Mérida con una creación de 200 puestos de trabajo. A lo largo de este año y medio, no se ha contactado con agricultores, no se les ha formado en la producción de remolacha, ni sabemos nada de variedades adaptadas a nuestra región, pero tampoco conocemos qué ha pasado con la empresa promotora. En septiembre de 2019 se estaba redactando el proyecto según el alcalde de Mérida y el pasado enero Vara dijo que el retraso se debía a que se está construyendo una azucarera en Egipto; lo único cierto es que no hay «señales de vida» de la de Mérida.

Meses después, en mayo de 2019, ya en campaña electoral, la Junta lleva a cabo la primera actuación del Hospital Don Benito-Villanueva; en concreto un cartel anunciador de grandes dimensiones y abundante iluminación, con una foto de la maqueta (otra más para la colección) y un plano de acceso a las obras, plano que por cierto no ha hecho falta utilizar porque las únicas que transitan por ese pastizal son las ovejas; de la construcción nada más se supo, y lo mismo ocurre con la segunda fase del Hospital Universitario de Cáceres.

No olvidemos otros dos proyectos, vitales para el desarrollo de Extremadura, que pasaron a ser competencia del Gobierno central y que están en el fondo de un cajón: la carretera de Cáceres-Badajoz que se cedió para que la convirtieran en autovía, pero visto el interés de Sánchez por nuestra región, pasarán décadas antes de que circulemos por ella; y el Regadío de Tierra de Barros, que ni siquiera se ha declarado de interés nacional después de que así lo anunciara Planas hace año y medio.

Una última mención para el AVE, que según dijo Vara el pasado mes de septiembre en el Pleno de la Asamblea de Extremadura, estaría circulando por nuestra tierra en este año 2020, ¡como para creerle!

*Ingeniero técnico agrícola y diputada del PP.