El pasado mes de mayo publiqué en este mismo diario un artículo que, con idéntico enunciado, venía a poner de manifiesto las enormes discrepancias existentes entre la realidad de los costes eléctricos que tiene el sistema español con las noticias que del mismo nos ofrecen las informaciones oficiales.

Una vez más me veo en la obligación de hacer públicos algunos datos que contradicen totalmente las recientes noticias aparecidas en la prensa, por las que se nos anuncia una subida contenida del recibo de la luz en un 2,6% a partir de primeros de 2010. La realidad para todas las empresas, despachos profesionales y hogares en los que no se aplique la llamada Tarifa de Ultimo Recurso (TUR), es, que el recibo de la luz va a subir en una proporción muy superior. Hay que tener en cuenta que desde el pasado mes de junio el mercado eléctrico está totalmente liberalizado y que la mayor parte de las empresas tienen contratos con las comercializadoras de electricidad en los que se fijan los precios a pagar por el consumo eléctrico; en todos esos contratos figura una cláusula por la que los precios acordados se verán automáticamente ajustados en función de las variaciones que se produzcan en la llamada Tarifa de Acceso a Redes (TAR). Pues bien, esta famosa Tarifa de Acceso ha sufrido en el último año subidas del 61% para el término de potencia y de hasta un 95% para los consumos de energía en hora punta; lo que supondrá subidas del coste eléctrico en porcentajes de dos dígitos.

XESTOS INCREMENTOSx son considerablemente más elevados que los que se anuncian a bombo y platillo, y han supuesto para las empresas en España una clara pérdida de competitividad. Cuando hablo de empresas no me refiero solamente a las empresas industriales, sino también a todo el sector agrícola que ha visto incrementarse sus costos de bombeo de agua para los riegos de forma desproporcionada, y a todos los despachos profesionales que tienen liberalizadas las tarifas. A título de ejemplo y como confirmación de mis afirmaciones, adjunto dos notas de prensa aparecidas recientemente.

"La Federación Nacional de Comunidades Regantes (Fenacore) aseguró hoy que el año 2009 ha estado marcado por el incremento de las tarifas eléctricas para el regadío, con aumentos del 90% respecto al ejercicio anterior y que ponen en peligro la viabilidad de las explotaciones modernizadas". (Europa Press 30-12-09)

Según Deia, "la industria vasca sometida a una importante caída de la demanda, --la producción industrial se ha reducido más de un 16% este año y se encuentra con una tasa de utilización de la capacidad productiva del 60%--, ha afrontado un incremento de las tarifas eléctricas este año de más del 60%, según la Federación Vizcaína de Empresas del Metal".

En Cáceres tenemos ya la experiencia de la desaparición por falta de competitividad de una empresa que en su momento dio trabajo a más de 250 familias, me estoy refiriendo a Waesterbach, de la que se ha vuelto a hablar con nostalgia estos días; uno de los motivos que aceleró su caída fue los costes energéticos; esta es la cruda realidad que se produce cuando no se facilitan las condiciones objetivas para que las empresas puedan competir.

Estas importantes subidas se producen en un año, como el 2009, donde la demanda global de electricidad se ha visto reducida, y con ella, de forma muy importante, los precios reales de intercambio en el mercado diario, denominado OMIP. Además, después de dos meses de intensas lluvias, todos nuestros pantanos están a los niveles máximos, con lo que la generación de energía hidroeléctrica será en los próximos meses muy importante y, como todo el mundo sabe, es esta la energía más barata en su generación.

Una vez más la opacidad en las informaciones sobre este sector hace flagrantes las contradicciones en las que permanentemente se cae, confundiendo a la opinión pública con verdades a media y una falta total de transparencia. Son muchas las voces que han venido reclamando la necesidad de un amplio debate sobre los temas energéticos como proponía el mes de mayo del pasado año. Como estamos en los inicios de un nuevo año, esperemos que este debate se produzca por fin en 2010, y se sienten bases más claras que terminen con la opacidad del sistema eléctrico español.