TMti vecino estuvo en Mérida viendo Norma y quedó prendado del caballo. "No veas cómo corría ese caballo por el marco incomparable". Era la primera vez que iba a una ópera y yo le había prestado mi Casta diva cantada por la Caballé . "Duró casi tres horas". Está acostumbrado a duraciones estándar de cine y televisión y vino con el culo dormido y hormigueante. Le explico que una ópera dura mucho y que algunas (la lista fue larga, Tosca , La traviata , Madame Buterfly , etcétera) deberían durar el doble por su hermosura. "Ya, y te meas encima". No me gusta, hablando de ópera, que mi vecino no haya captado ni una décima de sensibilidad y me hable de forma tan escatológica. "Es que no te da tiempo, porque se forma un tapón en los servicios y no es cosa de mearle al monumento en sus partes oscuras". Es cierto que son escasos los urinarios pero no todos los asistentes están de la próstata. "La próxima vez me llevo la cena y un orinal". Descubrió a la Matos y eso ya vale un rato de aguante urinario. Y descubrió que el público del festival es lo mejor del evento. Público maduro, entendido, generoso y con una conciencia cívica que ya les gustaría a algunos de por ahí. He visitado espacios como Mérida en Italia y Grecia y huelen a orines. Y no es precisamente el olor de la historia como dijo aquél, sino el olor de gentes que después de buscar un urinario entre las piedras, acaban meando sobre Fidias sin respeto alguno. "Y luego lo de la música.¡No veas!". Le cuento que Norma es un monumento musical. "Ya lo sé. Pero es la música bakalao que llegaba desde la calle". Ahí me ha dado: las motos, el bakalao, el tren, la feria. ¿Quién dice que hay alguien en contra del festival?

*Dramaturgo y directordel consorcio López de Ayala