De no mediar un terremoto político inesperado, Carmen Heras será la primera alcaldesa de la historia de Cáceres, gracias al apoyo que le brindarán Foro Ciudadano e IU. La socialista pondrá fin a 12 años de gobierno del popular José María Saponi y abrirá, a partir del próximo día 16, una legislatura en la que se adivinan incertidumbres y certezas casi a la par.

El primer análisis que cabe hacer gira en torno a la solidez del pacto entre Heras, el ciudadano Felipe Vela y el izquierdista Santiago Pavón, y su repercusión en la acción de gobierno. Los dos últimos apoyarán la investidura de la candidata socialista pero, salvo virajes de última hora, no van a firmar un cheque en blanco al PSOE, es decir, que no entrarán en el ejecutivo local. Ello implica que, al margen del acuerdo previo alcanzado con Foro Ciudadano, Carmen Heras tendrá que negociar con sus compañeros de viaje, uno a uno, cada proyecto que quiera sacar adelante. Democracia en estado puro, pero con un alto desgaste para quien gobierna en minoría. A Heras le corresponderá también administrar egos de quienes se saben poseedores de las dos llaves de gobierno. Es obvio que la travesía no será fácil y que estamos ante un gobierno presumiblemente inestable. La experiencia de otros tripartitos dentro y fuera de Extremadura no es nada halagüeña. Heras sabe que afronta riesgos, pero tiene una oportunidad histórica --se diría que la última para ella-- de formar gobierno en la ciudad y es lógico que entienda que merece la pena correrlos. En cualquier caso, una vez constituida la corporación municipal, los tres socios tendrán una gran ocasión de demostrar si realmente les importan los cacereños y los proyectos que demandan, más que los futuros políticos propios. ¿Cuánto durará la entente? Ojalá que dure la legislatura, por el bien de la estabilidad.

La primera prueba de fuego la hallaremos en un Plan General Municipal de urbanismo que está en fase final de análisis por parte de la Junta. Vela ha dado su apoyo a este plan --elaborado bajo mandato del Partido Popular-- pero no así Heras y Pavón. ¿Qué ocurrirá si, como parece lógico, la Administración regional obliga a modificar algunas de las líneas del plan? ¿Qué actitud adoptará Vela entonces?

La segunda reflexión tiene que ver con el PP, vencedor de las elecciones en Cáceres y gran perdedor en el tablero de ajedrez de los pactos. Los populares acertaron cuando comunicaron públicamente que su primera opción era gobernar en minoría y empezaron a dar síntomas de debilidad cuando --aunque legítimamente-- intentaron pactar con un Vela a quien habían tildado de traidor reiteradamente tras abandonar este el gobierno popular en el 2005. ¿Quién querría aliarse con un traidor? Y han terminado metiendo la pata cuando, tras el anunciado preacuerdo PSOE-Foro Ciudadano del jueves, buscaron ayer un nuevo acercamiento al líder de la nueva formación y se esforzaron por descalificar un proyecto de tripartito que, dicen, "hurta la voluntad de los ciudadanos". Seguro que el descalabro autonómico, la pérdida de la Alcaldía de Mérida y el previsible paso a la oposición en Cáceres tienen mucho que ver con este nerviosismo. El PP debería invertir en futuro y pensar que tiene un electorado sólido en la capital que valora el rigor, tanto o más que mantener el gobierno a toda costa.

Si bien es cierto que Saponi ha sido el candidato más votado y sería lógico que pudiera gobernar, las urnas han dictaminado que hay una mayoría de cacereños que optan por el cambio. Heras, si madura los pactos con dos candidatos con los que siempre se ha entendido, se ha ganado su oportunidad de defender su proyecto y trabajar por Cáceres.