Catedrático de Biología Celular

A quienes vivimos el contrabando de penicilina (en los años 40) y aprendimos a recetar en Estados Unidos, donde el farmacéutico sólo dispensa lo recetado, siempre nos escandalizó la orgía medicamentosa de España. La anterior ministra de Sanidad, Celia Villalobos, obligó a dispensar genéricos, lo que abarató el coste total (y el de las marcas) de las especialidades farmacéuticas. Ahora, su sucesora, Ana Pastor, ha rebajado el precio de los específicos más utilizados o más caros, calculando su amortización y beneficios razonables. El paso siguiente será la dispensación exacta de lo recetado.

Los que temían al lobo han podido comprobar que han bastado dos mujeres para limarle los dientes. El Ministerio de Sanidad ha hecho un excelente trabajo.