EL PERIODICO EXTREMADURA abría su edición de ayer con el titular Batalla ganada . Así hay que interpretar el final de la infatigable lucha contra las llamas que durante cuatro días han arrasado montes de La Hurdes, Gata, el Ambroz y el Jerte; en lo que ha constituido la segunda ola de incendios en Extremadura desde el inicio de agosto. Esta segunda contienda contra el fuego se ha ganado, sí, pero la guerra continúa porque la naturaleza y la acción de los pirómanos, que siguen actuando impunemente en la región, nos depararán irremediablemente nuevas catástrofes ecológicas. En este momento en que las últimas llamas se apagan en la comarca hurdana, es obligado felicitar a los cientos de personas, profesionales o no, que han combatido el fuego sin descanso, dejándose la piel en las sierras quemadas del norte extremeño. En segundo lugar, hay que resaltar que la Junta de Extremadura ha reconocido de una vez por todas que las normativas que regulan la lucha contra incendios en la comunidad no son efectivas para prevenir fuegos especialmente virulentos como los de este mes. Las reformas anunciadas por Ibarra en el sentido de mejorar y ampliar los cortafuegos y la limpieza de los montes no deben quedarse en papel quemado. Si se ponen en práctica con urgencia, nuestra autonomía tendrá mucho camino ganado. Si a ello se uniera una actuación más contundente a la hora de prevenir y castigar la actuación de los pirómanos, el problema estaría en vías de solución para que sucesos como los de Valencia de Alcántara o Hurdes no se vuelvan a repetir.