Leo, y ciertamente con un poco de hartazgo, más cercano donde se sufre la orquitis que la calvicie, que otra vez, se ponen en duda los resultados de nuestros alumnos en la EBAU, en comparación con los de otras comunidades. Indiferentemente de la idoneidad de una única prueba, que tendría que pasar obligatoriamente por un currículo común, este tipo de afirmaciones son absolutamente una falta de respeto al alumnado extremeño y a su profesorado que se esfuerzan, y mucho, día a día por sacar adelante sus estudios unos, y a que los saquen los otros, así como explícitamente al profesorado coordinador, aplicador y evaluador de las pruebas, sin contar el universitario. Si entre todos los responsables de diseñar las pruebas existiera esa confabulación, sería digna de estudio en un especial de Cuarto Milenio. Este año ha tocado hacer comparativas que no tienen comparación, como EBAU y resultados PISA.

Como decía Chomsky, la primera manipulación de un político, es crear un problema que no existe y adoptar la solución que previamente se quería adoptar pero ya justificada como remedio. Justificar «el complot extremeño» comparando EBAU con PISA, es una manipulación social obvia para alcanzar el objetivo político de prueba única.

Comparar EBAU y PISA, es comparar un huevo con una castaña. Primero porque los resultados de PISA corresponden a alumnos de enseñanza obligatoria y obligados, de entre quince y dieciséis años y no a aquellos que voluntariamente terminan 2º de Bachillerato, con una criba significativa. Segundo porque los objetivos y las pruebas de ambas son distintos. La EBAU es curricular, evalúa contenidos, y PISA evalúa competencias, es decir, capacidades.

Por último, y para disipar fantasmas en tierras de castillos sin desmochar, que intencionadamente ignoran, las pruebas de la EBAU, se rigen por orden ministerial, que marca el 70% de lo que se debe evaluar, dejando el 30% a la autonomía, pero basado siempre en el currículo oficial con estándares comunes. Si el problema fuera la corrección de los exámenes, porque nuestros alumnos no saben, significaría que el complot es mucho mayor que aquella teoría que duda de la llegada del hombre a la Luna.

En fin, repito mi conclusión de hace dos años, lo que Dios no da, Salamanca no presta, quizás Lourdes.

*Maestro.