Los datos del paro de febrero admiten pocos paliativos, por no decir ninguno. Nuevo récord en cifras absolutas --4.299.263 en España; 123.254 en Extremadura-- de los últimos 15 años con un incremento mensual de 68.260 en el conjunto nacional y 1.075 en la región. Escaso consuelo es, aunque sea cierto, que la subida porcentual con respecto a enero sea en Extremadura la mitad de la nacional. También es verdad, como subraya el Ministerio de Trabajo, que el ritmo de crecimiento interanual es el más bajo desde que estalló la crisis. Faltaría más. Pero se confirman los peores augurios de que la lenta recuperación de la actividad tardará en reflejarse en el empleo. Es muy probable que la temporada turística, que presumiblemente será buena, tenga efectos positivos, pero no dejarán de ser coyunturales.

Cabría preguntarse por los resultados de la reforma laboral. Si hubiera que juzgarla por el número de parados de febrero, la conclusión no podría ser peor. Sin embargo, entre julio del 2010 y el mes pasado, 213.000 contratos temporales se han convertido en indefinidos, lo que supone el 62% más que en el mismo periodo del año anterior. La promoción del contrato de fomento, con menos indemnización por despido, que incorporó la reforma laboral podría estar dando frutos. Los expedientes de regulación de empleo (ERE) que reducen jornada y salario --el modelo alemán--, otra novedad de la reforma, se han disparado hasta el punto de que en diciembre pasado se firmaron 597 de esos acuerdos, frente a los 186 del mismo mes del 2009. Por eso, la prudencia aconseja esperar un poco antes de emitir un juicio categórico.