TAtl otro lado del océano, muchos cubanos han llegado a la conclusión de que quizás no sería aventurado suponer que Fidel Castro no es inmortal. Se trata de una deducción a la que ya llegaron hace tiempo en el seno del Partido Comunista de Cuba, cuyo buró está conformado con las designaciones personales del mortal Castro, razón por la cual el segundo secretario general es su hermano Raúl .

La ventaja que tiene el Partido Comunista de Cuba de cara a unas elecciones es que es el único partido político permitido y autorizado, lo cual, digan lo que digan lo decadentes burgueses de la democracia formal, siempre quita dolores de cabeza. El hecho de que el segundo secretario y más que posible sucesor de Fidel, sea, asimismo, general del Ejército, evita las tentaciones golpistas de tanta tradición.

Pero nadie sabe qué hará el PCC una vez que se haya demostrado, de manera irrefragable, la mortalidad de su actual jefe. De momento, las bases de estudio de los comunistas cubanos son los discursos de Fidel que tienen la desventaja de ser larguísimos, y el beneficio de que tampoco se requieren profundos conocimientos filosóficos.

La historia del PPC es muy pintoresca. Apoyó a Fulgencio Batista e incluso el dictador tuvo dos ministros comunistas que dijeron toda clase de alabanzas de su jefe de gobierno: "celoso guardador de la libertad patria, ídolo de un pueblo, que vela por su bienestar". Estaban tan contentos con Batista que aquellos comunistas se opusieron y criticaron el asalto al cuartel de Moncada y, hasta su triunfo, se opusieron a Fidel Castro. Poco antes de que Fidel Castro entrara invicto en La Habana, en un ejercicio de clarividencia política, decidieron acudir en socorro del vencedor. Este partido que asiste a una prueba más de que nadie es inmortal, no es el mismo de aquélla época, pero será curioso conocer cómo evoluciona y qué puede hacer Raúl, una vez culminado el adiós de su hermano.

*Periodista