Sé que hay batallas mediáticas que están perdidas de antemano, pero a pesar de ello no me resigno a exponer lo que considero han sido hechos reales de los que se han desprendido unas consecuencias concretas, a pesar de que tanto los responsables de los mismos como determinado coro mediático afín, quieran disfrazarlos o justificarlos mediante análisis retorcidos o consignas partidistas, que repetidas muchas veces puedan hacer olvidar la cruda realidad.

Me estoy refiriendo a la responsabilidad política de que a día de hoy no tengamos un «gobierno de cambio y progresista» y sin embargo sigamos soportando como presidente al Sr. Rajoy y su gobierno del PP. Esta situación obedece en exclusiva a la negativa de Pablo Iglesias (Pablo Sillones) y su grupo político Podemos a apoyar la investidura de un presidente socialista, Pedro Sánchez. Es verdad que en el seno de Podemos y sus confluencias hubo distintas sensibilidades y voces discordantes con dicha postura, pero al final se impuso el criterio de Pablo Sillones, que cuando tuvo la oportunidad de elegir, eligió que Rajoy siguiera de presidente antes que aceptar un presidente de Gobierno socialista, en resumen votaron lo mismo que Rajoy y su partido, no.

Esta actitud contrasta con la de los socialistas, que cuando de verdad hemos tenido la oportunidad de elegir entre gobiernos de izquierdas o de derechas, como es el caso de los ayuntamientos de Madrid o Barcelona, no hemos dudado en decantarnos por gobiernos de izquierdas, sin poner condiciones y sin pedir nada a cambio.

A día de hoy, con toda la controversia que hemos montado los socialistas en las últimas fechas, el líder de Podemos, lejos de respetar las cuestiones internas del PSOE, no ha perdido la oportunidad, un día sí y otro también, en sembrar toda la cizaña posible para conseguir su principal objetivo de antes y de ahora, destruir y aniquilar al PSOE, olvidándose casi por completo del que debería ser su adversario político, el PP.

Para intentar tapar sus vergüenzas, cuando a los dirigentes de Podemos les preguntan por qué no apoyaron la investidura de Pedro Sánchez y así hoy no tendríamos un gobierno del PP, contestan con la misma consigna partidista de que las políticas acordadas entre PSOE y C’s, son idénticas a las del PP, y como muestra presentan el acuerdo de PP y C’s. Y no hay nada más lejos de la realidad, por mucho que algunos se empeñen en tergiversarla. Cualquier ciudadano puede comprobarlo descargándose de Internet ambos documentos y constatarán que hay diferencias muy sustanciales entre uno y otro. Por facilitarles la labor les pediría que cotejaran las propuestas en empleo, educación o desigualdad, y comprobarán que el Plan de Choque por el Empleo y la Inserción Laboral, Plan de Choque contra el Paro de Larga Duración, Plan de Recolocación Externa de Trabajadores Despedidos (PREX), las becas como derecho subjetivo, Ingreso Mínimo Vital, Plan Integral de Inclusión Social, Medidas contra la Pobreza Energética, Recuperación del Subsidio por Desempleo par los Parados Mayores de 52 años, Restablecer el Pacto de Toledo para las pensiones, etc., en poco o en nada se parecen un acuerdo y otro. Pero además habría una cuestión a favor no menos importante si se hubiera permitido un gobierno de cambio, y era que al frente del desarrollo de esas políticas hubiera estado un presidente socialista, Pedro Sánchez, claro que quizás esa fue la verdadera razón por la que Pablo Sillones y su grupo votaron lo mismo que Rajoy, no importándoles para nada esos ciudadanos a los que dicen representar, a los que peor lo están pasando y que podrían haber visto mitigado parte de sus problemas y sufrimiento si en abril Podemos hubiera preferido un gobierno socialista a la continuidad de Rajoy.

Tuvieron con su voto la oportunidad de elegir, de priorizar y aunque hoy quieran seguir esgrimiendo sus razones para reescribir lo que ya es historia, la cruda realidad es que eligieron que siguiera Rajoy, votando no a Pedro Sánchez. Así que lecciones de izquierdismo pocas, de populismo les admito que son catedráticos, aunque siento decirles que la asignatura no me gusta.