Despues de la forma poco afortunada en la que los socialistas abordamos la pasada semana los problemas que se venían detectando, tanto de posicionamiento institucional, como de poder orgánico, he escuchado algunas voces y análisis a las que he decidido darle respuesta, sobre todo porque vienen del principal responsable de que a día de hoy sigamos teniendo un gobierno en funciones del PP y siga como presidente Rajoy, que no es otro que Pablo Sillones.

Ante una posible abstención táctica, que no ideológica, del PSOE en la investidura de Rajoy (que está por decidirse en los órganos pertinentes) todos sabemos que aunque sin darle un apoyo expreso, el resultado sería un gobierno del PP, pero que dada su actual representación parlamentaria en el Congreso, tendrá que negociar e incluso aceptar leyes, propuestas e iniciativas que no se corresponden con su ideario político.

El voto negativo de Pablo Sillones y su formación política Podemos a la investidura de un presidente socialista Pedro Sánchez, tuvo como resultado inmediato el que siguiera gobernando el PP y al frente Rajoy, y ese ‘no’ originó un retroceso de las fuerzas progresistas en la siguientes elecciones del 26-J y un avance del PP.

De todo esto el mayor responsable es Pablo Sillones, que siempre prefirió que siguiera Rajoy a un presidente socialista. ¿Esto sí es dignidad de izquierdas?

Ahora, ante la situación generada en el PSOE por los últimos acontecimientos de todos conocidos, aparece Pablo Sillones queriendo dar lecciones de dignidad, honestidad y no sé qué más, atacando a los que legítimamente y con todo el rechazo que pueda suponerles en su fuero interno, opinan que la abstención es la opción menos mala para España y para el PSOE, ya que unas nuevas elecciones, por un lado podrían tener como resultado una mayoría más amplia y holgada del PP, con los consiguientes perjuicios que esto conllevaría para los ciudadanos que peor lo están pasando, y por otro para el PSOE que se podría ver en una situación difícil, ya que tendría que afrontar las elecciones sin haber podido resolver aún sus problemas internos.

Y es de esta última situación de la que quiere sacar ventaja Pablo Sillones, que como ha podido comprobarse en sus declaraciones del pasado fin de semana, apenas habló del PP pero sí ha dedicado la mayoría de su tiempo a intentar seguir dividiendo al PSOE a través de su falso posicionamiento de socialistas buenos o malos en función de como piensen. Actúa como determinados animales cuando huelen a otro que está herido o muerto, y se acercan para «llenarse el buche», pero aquí ha cometido un grave error de cálculo, ni el PSOE está muerto, ni la herida es incurable, por lo que tendrá que seguir buscando para alimentarse en otro lado.

Tampoco quiero olvidar su amenaza de quitarles el apoyo al PSOE en aquellas comunidades donde gobiernan en minoría, esta acción tendría como resultado otorgar los gobiernos respectivos al PP ¿Esto también es dignidad de izquierdas? Claro que esa actitud no es de extrañar, ya que en Unidos Podemos están los que con su abstención prefirieron en Extremadura un gobierno de derechas del PP a uno de izquierdas del PSOE. ¿También eso es dignidad de izquierdas?

Pablo Sillones podrá engañar a algunos, pero no a todos y su principal objetivo, por encima de ganarles las elecciones al PP, es destruir al PSOE, y eso hay muchos que no se lo vamos a permitir.