TCtuando Galileo , tras largas investigaciones, descubre que la tierra no es el centro del universo y el inquisidor de turno, estaba censurándole la "peligrosa idea", se cuenta que le dijo, -"Santidad, no pido que me crea, sólo mire por el telescopio"-.

En el caso de las farmacias quizá se pudiese argumentar la misma sentencia. Cuando el problema del gasto farmacéutico es uno de los dolores de cabeza más importantes de los gestores sanitarios, cuando los tratamientos en pacientes polimedicados en muchos casos no responden a lo que se podría llamar "uso racional", y cuando los problemas relacionados con medicamentos suponen hasta un 33% de los ingresos hospitalarios, no es lógico seguir manteniendo, para solucionar los problemas del siglo XXI, un sistema de farmacias que se pensó para solucionar los problemas de principios del siglo pasado.

¿Es imaginable, en un país moderno, que al cuerpo de bomberos se le pagase por incendio apagado? Cabría la posibilidad de que los mismos bomberos fueran los que encendieran los fuegos para cobrar más. ¿Sería serio un país que le pagase al cuerpo de médicos por el nivel de enfermedades que atienden?, así por ejemplo en una primavera tan complicada para los alérgicos como la que hemos tenido, los médicos verían engrosadas sus nóminas mensuales.

Sería aceptable que a unos profesionales de salud se les pague, no por la salud que son capaces de producir, sino por el nivel de enfermedad que pueden gestionar, y por lo tanto que cobren más cuanto más enferma esté la gente. Cabría la posibilidad de que los mismos profesionales sanitarios fueran los que encendieran los fuegos para cobrar más...

En el caso de las farmacias así ocurre, los farmacéuticos de oficinas de farmacias cobran más cuanto más enferma está la gente, y es más, los actos profesionales, (dispensaciones, seguimiento de los tratamientos, uso racional, etc) si existen, no sólo no se pagan sino que en muchos casos resultan gravosos para la empresa privada que es la farmacia.

Por otra parte, es aceptable que, en un sistema sanitario como el español, público, universal, y gratuito desde la atención primaria más elemental a la atención especializada más complicada, la farmacia siga siendo una especie de isla privada, y en teoría de interés general (como el fútbol), en el que, no nos olvidemos, la mayor parte de la factura la paga el sistema público.

¿No sería más lógico que existiesen farmacias públicas en centros de salud, en las que los farmacéuticos integrados plenamente en los equipos multiprofesionales se dedicasen íntegramente a producir salud y a cobraran por ello; todo ello respetando la iniciativa privada, como no puede ser de otra manera? Señores gestores sanitarios, como dijo Galileo: "Santidad, no pido que me crea, sólo mire por el telescopio".

*Farmacéutico