Hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, que las que sospecha tu filosofía", decía Hamlet , y de modo similar podríamos decir que hay muchas más cosas en política que las que ocupan el tiempo de los telediarios y de las interminables tertulias televisivas. Como por ejemplo los 286.702 votos al Congreso y 1.213.871 al Senado obtenidos por el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA) en las elecciones del 26--J. La flagrante injusticia de nuestro sistema electoral, que todos aceptan como si se tratara de un mal inevitable, hacen que, con prácticamente los mismos votos que el PNV, el PACMA no tenga ningún escaño, mientras que los nacionalistas vascos tienen cinco. Por su parte, EH--Bildu, con 100.000 votos menos que el PACMA, tiene dos diputados. Por dondequiera que se mire, en nuestro país se premia al gregarismo. Cientos de miles de personas diseminadas por toda España no cuentan nada, pero si el mismo número se concentra en tres provincias, cuentan bastante. A mí, que no he votado al PACMA, su éxito me parece un síntoma alentador. Mientras en casi toda Europa asistimos al auge de la extrema derecha xenófoba, en España, VOX ha cosechado 46.000 votos y la Falange unos 9.800. Aquel dicho de estar "más acabado que la Falange de Hornachos" ya no precisa de topónimo. Así, en nuestro país crece el número de quienes no solo no pretenden limitar los derechos a la mayoría de la especie humana, sino que se preocupan de "nuestros hermanos los animales", como los llamaba San Francisco de Asís y los llama el escritor colombiano Fernando Vallejo . El PACMA, con solo 20.000 euros de presupuesto y sin ninguna presencia en debates y entrevistas, ha recogido el testigo de los Verdes y Equo, abducidos sucesivamente los primeros por Izquierda Unida y los segundos por Podemos. Residí en Alemania durante los años de gobiernos "rojiverdes" con Gerhard Schröder como canciller y Joschka Fischer , el carismático líder de los Verdes, como vicecanciller y ministro de Exteriores, gracias al cual Alemania avanzó enormemente en reciclaje y energías renovables, pero también en una política pacifista y dialogante, lejos del "ordeno y mando" en Europa de Angela Merkel . Un partido ecologista, con identidad propia, y programa también para las personas, sería sin duda un mejor compañero de gobierno que los que se aprovechan de lo incongruente de las leyes de un país al que no quieren pertenecer.