TLta ministra de Sanidad suspende la tramitación de un proyecto que habla de la salud de nuestros menores. Quién hubiera pensado que en esta legislatura de reformas sociales tan llamativas --el matrimonio gay, la identidad sexual o la guerra al tabaco-- iba a ser una ley de prevención del consumo de alcohol en los adolescentes la que tendría finalmente que retirarse. Que el alcohol provoca daños en un cerebro inmaduro si se toma de forma continuada parece una evidencia más allá de cualquier discusión. Y que muchos de nuestros adolescentes dedican al menos dos noches a la semana a colocarse bebiendo es otra evidencia que puede comprobarse con un simple paseo por el centro o los parques de cualquier ciudad los viernes y sábados. O por los descampados de la periferia urbana. El alcohol incluye el vino. Y el vino es parte sensible no sólo de nuestra cultura sino, sobre todo, de nuestra economía. ¿Por qué ha sido imposible dificultar el acceso de los menores al alcohol y a la vez proteger un sector estratégico de nuestra agricultura? ¿Falta de cintura de la ministra? ¿Insensibilidad de los productores? Dice Elena Salgado que suspende la tramitación para evitar que la salud de nuestros jóvenes se convierta en elemento de confrontación electoral. Supongo que tiene en la cabeza imágenes de un acto reciente de Rajoy en el que se brindó con vino. O las protestas de presidentes autonómicos de su propio partido, con el calendario electoral marcado en rojo encima de la mesa. Pero la iniciativa política es de ella, y las advertencias de que sin acuerdo con el sector no habría ley salieron del presidente del Gobierno al que ella pertenece. Más allá de la rigidez de la ministra, este episodio revela el clima imposible en el que se desarrolla la acción de gobierno en este último tramo de la legislatura. Hablar de las borracheras de los chavales puede acabar convirtiéndose en algo políticamente incorrecto. La palabra paz está bajo sospecha. Aplicar la ley acarrea acusaciones de cesión a la banda terrorista. Y proclamar la España plural hace temblar los cimientos y saca a pasear el fantasma de los Balcanes.

*Periodista