El 22 de Mayo ha cambiado la composición del arco político en Extremadura, con una Asamblea con casi el 50% socialista y de izquierda y casi el 50% liberal. Unos creen en valores socializantes y otros en valores liberales con repercusiones populares, que no son irreconciliables. Se nota una apuesta por el progreso, el desarrollo y la democracia en la ciudadanía, que quiere aspirar a una democracia más real, perfeccionando el funcionamiento de las instituciones y de los partidos.

Para formar gobierno, en principio, existe la posibilidad de pacto entre PSOE e IU. Si sucediera, que el proyecto de la refinería complica, daría una mayoría suficiente para formar gobierno de izquierda, aunque no para gobernar contra la opción más votada en la región, en los ayuntamientos y en el conjunto de España: el PP. Pero existe una opción mejor: un pacto PP-PSOE e incluso IU, no por el gobierno tan sólo, sino por el progreso y el desarrollo de Extremadura. Esto significará, si se lleva a efecto, una apuesta por la tercera vía política y una novedad en España, que podría establecer las bases de nuevas formas y sentidos de la gobernabilidad eficiente, coparticipativa y democrática.

Por varias razones: 1) Un pacto PP-PSOE es la sintonía de la anterior legislatura en asuntos fundamentales, aunque no gobernara el PP. Y ahora lo sería con más sentido aún. 2) Tendría casi el 100% del respaldo ciudadano. 3) Obligaría a la estrecha vigilancia recíproca en el ejercicio de gobierno, pero permitiendo la gobernabilidad. 4) Facilitaría la corrección de amiguismos, corruptelas e ineficiencias gubernativas, si además existiere una vigilancia ciudadana independiente, efectiva y regulada. 5) Añadiría un sentido de responsabilidad aún mayor con el electorado y un fuerte compromiso con Extremadura. 6) Permitiría la coparticipación y de cogobernación ciudadana. 7) Daría sentido a un think tank independiente y mixto por el progreso de Extremadura, en constante relación con el gobierno y la visión de la ciudadanía. 8) Sanearía los vicios adquiridos en la historia democrática de Extremadura. 9) Significaría un compromiso serio y responsable de la clase política no sólo para sacar de la crisis a Extremadura, sino para conseguir lograr su enorme potencial de desarrollo. 10) Sería un ejemplo de gobernación para España y para el mundo. Y ofrecería una imagen de madurez política y de confianza exterior en nuestra sociedad.

El camino no es sencillo y los vicios, mentalidades atrasadas, manías y contrasentidos para corregir son muchos; pero si el ensayo se organiza, cuida y orienta, puede dar buenísimos resultados. Esperamos que más allá que un pacto por el gobierno de Extremadura, se fragüe un pacto por el progreso y el desarrollo de Extremadura.