Buena iniciativa del Gobierno proponer un pacto educativo. Llevamos decenios poniendo el patio escolar patas arriba cada pocos años y no tiene sentido seguir por ahí. Esperemos que logren un mínimo de consenso para un marco estable --que no rígido-- que nos permita evolucionar y trabajar serenamente, a corto, medio y largo plazo, yendo a cuestiones de fondo y sin quedarnos en la terminología. Se trata de una propuesta novedosa en nuestra democracia. Hasta ahora, nuestra clase política ha tendido a dejarse guiar más por extremismos, de uno u otro signo, que por el menos común de los sentidos. Se añoran aquellos nuevos aires de los primeros días de la democracia, aquel hambre de diálogo, entendimiento y libertad. No parece dispuesto el señor Gabilondo a conformarse con un gesto para la galería. ¿Lo dejarán avanzar o le cortarán las alas? ¡Bueno! Si no es él será otro. Pienso que antes o después será sólo un pacto amplio y estable el que nos permita aprobar esta asignatura pendiente de nuestra democracia.

Miguel Vega López **

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