Siempre lo he dicho, que con división no se consigue nada. Y en esto del tren, que por fin habíamos encauzado una acción colegiada, tiene pinta de romperse la unidad de acción a tenor de las últimas declaraciones vertidas. Podemos ha dicho a través de su nueva candidata in péctore, Irene de Miguel, que se salen del Pacto por el Ferrocarril como ya había anunciado antes del verano su antecesor, Álvaro Jaén. En el PP están empeñados en que se salden las cuentas pendientes de cuando tuvieron que ir obligados a Madrid el año pasado a protestarle a Rajoy y, en consecuencia, Monago ha convocado por su cuenta una concentración el día 17 en la capital de España para protestarle esta vez a Pedro Sánchez. Ciudadanos ha salido diciendo que la culpa del tren la tienen por igual «rojos y azules», y ha aprovechado la ocasión para atacar al líder del PP calificándolo de «oportunista». Y, por último, el PSOE, con una situación complicada al gobernar ahora aquí y allí, se ha aferrado al citado Pacto por el Ferrocarril, apuntando que estará en las movilizaciones que allí se acuerden. Es normal, habiendo liderado la protesta toda la legislatura no puede ahora rebajar el diapasón y quedar como un lacayo que se achanta en cuanto le llaman de Madrid.

No nos engañemos: las elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene lo condicionan todo. Y los candidatos de cada formación (algunos ya designados, otros a la espera de serlo), han empezado a ocupar sus posiciones en la parrilla de salida. Esta carrera electoral se juega por la derecha (PP y Ciudadanos) y también por la izquierda (PSOE y Podemos), por lo que hay que estar mirando al enemigo y a la vez no dejar que nadie se te meta en medio y te haga un descosido. Mal, muy mal para nuestra región y su reivindicación del tren si unos y otros empiezan a preocuparse por sí mismos en lugar de trabajar en conjunto.

El tema del tren hiere por igual a derecha que a izquierda. Es una vergüenza en general y lo del pasado puente del Pilar, con hasta un tren que se quedó sin gasoil, denota irresponsabilidad. Tanto, que hasta hubo dos ceses en Renfe por primera vez al no haber excusa posible. Hay argumentos suficientes para ser una cuestión al margen de los partidos, pero con este caldo de cultivo preelectoral existente resulta imposible. Se miran más los resultados que pueda conseguir cada gesto, que los logros que pueda alcanzar nuestra región.

A la reunión del Pacto por el Ferrocarril convocada para mañana lunes no le auguro demasiado éxito. Ojalá me equivoque, pero no veo una posición común por parte de todos, entre otras cosas porque Podemos ya ha dicho que ni acude. Con lo cual, en Fomento estarán muy contentos. Desde Madrid se ven las cosas en global y solo se han preocupado por la situación del ferrocarril en Extremadura en los últimos tiempos cuando han visto que detrás de la protesta no había un grupo, un partido o un sindicato determinado, sino que era una cuestión global de la que participaba toda la sociedad.

El PP debe acatar lo que se designe por mayoría en este foro y el PSOE no puede rebajar su grado de protesta por mucho que este ahora José Luis Ábalos al frente del ministerio. Los sindicatos, la patronal y las administraciones (Junta y diputaciones) deben servir al fin último de este pacto, que es exigir igualdad de condiciones al resto de España; y Podemos tiene que reflexionar y volver al consenso a la vez se cumple su principal exigencia que es que la sociedad civil esté presente en el citado pacto, en este caso y de manera especial el colectivo ‘Milana Bonita’, que es quien más ha estado al frente de la reivindicación social por un tren digno.

La sociedad extremeña no nos merecemos ser los últimos de la cola en nada, pero en el asunto del tren es la constatación de que verdaderamente lo somos. Nadie mira para acá por lo que representamos para el conjunto del Estado, pero si encima nos mostramos divididos y peleados va a ser aún peor. No solo lograremos que esto siga mal como hasta ahora, sino que las prisas que parecían haberse generado por cumplir los plazos para el trazado de alta velocidad en 2019 y 2020 se desvanecerán. Al menos, que nuestros dirigentes sean dignos representantes de la sociedad a la que sirven y ello no solo se consigue reivindicado en justicia lo que nos corresponde, sino también poniéndose de acuerdo y sacando de la pelea política y electoral las cuestiones que atañen a todos.