WLwa comparecencia conjunta del presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y de la cancillera alemana, Angela Merkel, para hablar de la opa de E.ON sobre Endesa durante la vigésima cumbre bilateral hispano-alemana es la confirmación solemne de que en Europa no hay un libre mercado energético en el que las empresas mejor preparadas puedan comprar a sus competidoras en el mercado interior europeo. Ambos dirigentes tuvieron cuidado en guardar las formas: las opas las deciden los accionistas de las compañías, y, como se trata de una operación entre empresas que operan bajo el marco regulador europeo, ha de ser Bruselas quien decida la idoneidad del acuerdo. Muy formal, pero muy poco indicativo de cuanto ha ocurrido desde que hace más de un año Gas Natural, acompañada por Iberdrola, hizo una oferta de compra de Endesa. Esta opción, una apuesta muy atrevida para la reordenación del mercado energético español ante la futura liberalización europea, hoy ha quedado más que superada. Serán los gobiernos de España y Alemania, pese al esfuerzo por respetar la autonomía decisoria de las compañías implicadas --todas ellas sometidas al marco regulador nacional--, los que acabarán marcando el destino final de Endesa y la opción de compra que tiene E.ON. El mayor mérito en la decisión final será la posición del vicepresidente Solbes --y su sucesor en la comisaría de Economía de la Unión Europea, Joaquín Almunia-- para que se apliquen los principios de la libre competencia. Aunque sea así, no hay que olvidar el encono desmesurado que provocó la primera opa, que enseguida acabó en los juzgados.