TJtosé Antonio Monago comienza a gobernar haciendo guiños a IU. Pedro Escobar mira hacia su lado izquierdo y cierra los ojos para no ver nada. Podríamos decir que es la escena de la buscona y el ruborizado. Esa mujer fatal que aborda con muecas seductoras al joven tímido cuyo moralismo impide cualquier amenaza de pasión. Pedro Escobar dice que nunca dejará de mirar a su izquierda, que tiene tortícolis crónica, no como la de Fernández Vara , que, según IU, fue curada con ejercicios giratorios de cuello hacia el lado derecho. Fernández Vara aún no sabe hacia dónde mirar, como el cazador que aguarda en su puesto a que se ponga a tiro la pieza.

Seguramente antes de las elecciones ningún extremeño hubiera pensado que José Antonio Monago habría de pronunciar un discurso tan ´izquierdista´, teniendo en cuenta la condición del partido al que representa. Ni que IU abriría pasillo al PP para que avanzara sin obstáculos y pudiera gobernar. Ni que Fernández Vara no obtuviera el apoyo de sus análogos políticos, simplemente porque tienen mucho que reprocharle desde una distancia ideológica marcada por el propio PSOE. Pero la política es como la plastilina, se le puede dar la forma que se desea conforme a las necesidades o pretensiones. En política las palabras se combinan y mutan para que expresen lo que conviene en cada momento.

Uno empieza a pensar que la izquierda no es lo que aparenta y la derecha no es lo que parece. Cada partido lleva escritas sus intenciones con la tinta de sus deseos, pero llevar a cabo un proyecto político a pie juntillas es casi imposible. La crisis viene arreando fuerte y un gobernante ha de ajustar sus métodos a la necesidad de sus gobernados más que a su ideología. Que la palabra izquierda mute hacia la derecha y la derecha hacia la izquierda es intrascendente para cinco millones de parados si con ello consiguen trabajo. Lo malo es que las palabras mutantes suelen traer nuevos mensajes, pero no nuevas acciones.