Es una lástima que el Palacio de Congresos en Badajoz inicie su andadura e inauguración con polémica incorporada. Como ciudadano de Badajoz y como profesor universitario, estimo que la denominación Ciudad de Badajoz , independientemente del grupo parlamentario que lo haya propuesto, es una denominación más acertada y representa mejor a todos los ciudadanos de Badajoz, sean estos de izquierdas , de derechas o de otras visiones políticas. Es más, como es una denominación que perdurará en el tiempo con respecto a un edificio emblemático, resulta más significativa y unificadora una denominación políticamente neutra. Particularmente, yo habría preferido denominaciones algo más eruditas y creativas, como Lusitania (que nos remite a la provincia romana que reunió parte de Extremadura y Portugal), como Iberofonía (que se refiere simultáneamente a la Hispanidad y a la Lusofonía) o quizás Iberia (como la suite de Albéniz). O por qué no Atlántida (como el poema esclarecido de Jacinto Verdaguer ). Entiendo que, cualquiera de ellas, nos remite al papel transfronterizo hispanoluso y multicontinental que está llamado a jugar nuestra ciudad desde siempre; y, aún más, en el futuro inmediato. Además, para tratar de cerrar, de forma diplomática y consensuada, esta espinosa polémica, siempre nos queda la referencia a la memoria de Manuel Rojas , y de cualquier otro y de muchos alcaldes pacenses, para denominar a calles, institutos o colegios de enseñanza, centros de salud, fuentes, jardines o parques y plazas, tal y como ocurre en muchas ciudades españolas y extranjeras. Seguro que esto no será difícil de programar y de prever en una ciudad en expansión, como Badajoz.

Por otra parte, tanto o más importante que las denominaciones, son los congresos, acontecimientos y certámenes. Es necesario llevar a cabo una labor de marketing político público proactivo, con la colaboración de la Universidad, el empresariado, los sindicatos, la diputación, el ayuntamiento y la ciudadanía para conseguir que las novísimas instalaciones estén funcionando a pleno rendimiento, para aprovechar esta maravillosa inversión pública.

Por último, pero no menos importante, la ciudad de Badajoz y Extremadura en general le pueden empezar a extraer mucho rendimiento a este Palacio de Congresos con la próxima celebración, en otoño de 2006, de la próxima Cumbre Ibérica entre España y Portugal.

Además de la explotación y aprovechamiento hispanoluso de la presa de Alqueva, de la nueva autovía/autopista Navalmoral, Plasencia, Castelo Branco, hay un catálogo de asuntos ibéricos y transfronterizos muy importantes para Badajoz y para Extremadura, que deberían ser avanzados y, si es posible, acordados:

1) La constitución de una eurociudad Elvas/Badajoz y su desarrollo urbanístico conjunto.

2) La promoción de un parque empresarial, científico y tecnológico en Caya, con la participación de los gobiernos locales, regionales, nacionales, las universidades y el empresariado.

3) La generación y promoción de oferta turística transfronteriza conjunta en toda la frontera hispanolusa.

4) La organización y celebración de espectáculos ibéricos e iberoamericanos en espacios escénicos de la frontera.

5)La articulación transfronteriza de las plataformas logísticas de Caya y de Badajoz.

Esperamos que, con la mejor de las denominaciones posibles, el Palacio de Congresos de Badajoz dé siempre frutos variados y hermosos a partir del mismo día de su inauguración.

*Profesor de la Uex