El próximo 30 de septiembre los compañeros y compañeras del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de Extremadura han de votar a la nueva dirección colegiada que sustituya a la actual, la que yo he encabezado durante los últimos 4 años, para ser más exactos, desde el 30 de noviembre de 2004. A partir de ese momento, tras la elección de un nuevo coordinador/a debe abrirse la etapa de la renovación absoluta de Izquierda Unida, de la refundación del proyecto, de los cambios en las concepciones internas del poder y los cargos y la apertura hacia las gentes de la izquierda que reclaman una formación política que proclame tres principios: actitud revolucionaria, apuesta por la democracia republicana y rotación en los cargos.

Izquierda Unida de Extremadura debe afrontar en los próximos años la búsqueda de la palanca de apoyo para relanzar un nuevo partido que agote el bipartidismo, sabiendo que en la acción de la misma intervienen dos fuerzas: la potencia y la resistencia. Siguiendo con este ejemplo mecánico de la palanca de Arquímedes , proponer que yo, o la dirección del PCEX, o quienes hemos desempeñado responsabilidades internas en los últimos 10 años seamos el punto de inflexión de esa palanca es apostar por la resistencia y mantener en el letargo las enormes potencialidades de un proyecto de nuevo cuño.

XA PARTIRx del 30 de septiembre mi papel en la fuerza política de la que he sido concejal primero y coordinador general durante cuatro años después será la de contribuir desde la base a la renovación y el impulso de un discurso republicano, ecologista, socialista y anticapitalista en la tradición de Manuel Sacristán .

Se hace imprescindible renovar sobre la base de tres principios: actitud revolucionaria, es decir, la apuesta por una praxis que identifique discurso y comportamiento, decir las cosas con claridad, sin ambages, sin miedos, mantener la firmeza dialéctica y no sucumbir al discurso hegemónico en torno a la economía de mercado, la competitividad y el consumismo; apostar por la democracia republicana, esto significa buscar otros valores, entre ellos la fraternidad o la igualdad, la práctica de la democracia participativa y el reparto de la riqueza y del tiempo de trabajo. Significa también no renunciar a intervenir en la economía a favor de los trabajadores y por último rotación en los cargos, lo que supone que nadie tiene derecho a hacer de la política un medio de vida, encontrándonos en demasiados casos con dirigentes camaleónicos dispuestos a arrimarse al sol que más alumbra con tal de no perder su puesto de trabajo, su salario, o de impedir cualquier renovación por miedo a los otros. Limitación estricta de mandatos, austeridad y rotación. Sin esos principios internos es imposible que hablemos de cultura republicana o democracia interna.

Fuera hay espacio para crear un proyecto ilusionante. Pero apostar por crecer con la gente significa tener que renunciar a nuestra parcelita de poder y sobre todo a un discurso que pone el acento en la intensidad de las proclamas, en la agitación de las banderas y los eslóganes, pero que renuncia a entender la realidad y sobre todo a transformarla. Los revolucionarios satisfechos siempre han sido el gran handicap de nuestra organización. Abrir Izquierda Unida significa llamar a la puerta de los movimientos sociales, de Los Verdes, de los sindicatos alternativos, de las plataformas ecologistas, de los colectivos jóvenes y un largo etcétera. Propiciar, en suma, unos Estados Generales de la sociedad crítica extremeña para formular una convocatoria ciudadana que culmine en las próximas elecciones autonómicas con un proyecto electoral que socave los cimientos del bipartidismo e ilusione a los ciudadanos y ciudadanas con un programa claro y contundente que no comulga con las recetas neoliberales, y lo que es más importante y más difícil, un proyecto que no se agota en esas mismas elecciones y que va más allá de los tiempos electorales.

El día 30 de septiembre se debe abrir esa etapa y se contará conmigo en la medida en que apostemos colectivamente por ese camino. El 30 de septiembre abandono una responsabilidad en primera línea, y lo haré con dos virtudes: haber mantenido un discurso firme contra el clientelismo y el aparato de poder en Extremadura y haber aprendido de personas como Teresa Rejas, Manuel Cañada, José Antonio Jiménez y un largo etcétera.

*Coordinador General de IU Extremadura